Reconozcámoslo, España es un país que detenta una considerable cantidad de ciudades y pueblos que merecen la pena ser visitados. Esa es una verdad incuestionable. Pero muchas veces ocurre que ciertas poblaciones o municipios son eclipsados en detrimento de otros a los que se les confiere una mayor atención o publicidad. Uno de los casos más llamativos es el de Ciudad Real, provincia homónima y capital, un destino que tiene que salir de la cueva y empezar a despuntar.

Su capital es tranquila y acogedora, esconde multitud de atractivos y apadrina un verdadero fervor por la cultura del tapeo, con creaciones gourmet simplemente deliciosas. Pero es que lo más reseñable se halla fuera de su núcleo, con maravillas como Almagro, cuna del teatro aurisecular; Villanueva de los Infantes, hogar que recoge las andanzas del ilustre Quijote; Alhambra, confluencia del legado romano; o paisajes naturales de gran calado como las Lagunas de Ruidera, repartidas con Albacete; las Tablas de Daimiel, uno de los humedales más extensos de Europa; el Valle de Alcudia, refugio del lince ibérico, de murciélagos o de tres manifestaciones de vulcanismo en la región; o, por último, el Parque Nacional de Cabañeros, un espacio con extraordinaria biodiversidad en cuanto a fauna y flora.

Por todo esto, y más, creemos concienzudamente que cualquiera de estos planes te dejará estupefacto. Y es que esta la mayor ventaja con la que cuenta Ciudad Real: que sorprende, y mucho, a todos nuestros huéspedes. No obstante, por este mismo motivo, puedes encontrarte con el dilema de qué ruta has de escoger entre las diferentes propuestas que te sugerimos justo a continuación. En Yumping te lo ponemos fácil.

¿Qué ver en Ciudad Real?

• Ciudad Real capital: nace como el Pozo de Don Gil, actualmente con una placa conmemorativa en la Plaza del Pilar, un pequeño pueblo que se estableció en virtud de la repoblación de las denominadas “tierras de nadie” tras la expulsión de los musulmanes. Pronto, recibió habitantes fruto de la migración de la contigua Alarcos, a la que pertenecía. Con objeto de contrarrestar el poder que acumulaban las órdenes militares, equiparable al de los reyes, Alfonso X el Sabio la renombró como Villa Real, confiriéndole, de este modo, otro rango. De esta manera, conseguía insertar una villa de su propiedad en el área de supremacía de la Orden de Calatrava.

Lo que sigue después es la instauración de edificios y monumentos emblemáticos (como el alcázar), la mayoría derruidos o desaparecidos, que advierten del inmenso potencial que la ciudad tuvo en su día. Tal era su magnitud que fue elegida como Tribunal de la Inquisición o como Sede del Santo Oficio, privilegio que se concedía a ciertas ciudades de confianza. Aun así, a estas alturas mantiene intactas algunas construcciones notables de diversas épocas como la Iglesia de San Pedro, la Catedral, la Iglesia de Santiago, la Puerta de Toledo, el Casino, el Ayuntamiento, el Palacio de la Diputación Provincial, el Parque de Gasset o, en las inmediaciones, Alarcos.

• Almagro: esta población situada a tan sólo 30 kilómetros es conocida mundialmente por su Corral de Comedias del siglo XVII, el mejor conservado de toda España, declarado Monumento Nacional en 1955, actualmente en trámite para convertirse en Patrimonio de la Humanidad. A partir de la década de los 70, se rehabilitó y experimentó un auge sin precedentes gracias a la creación del Festival Internacional de Teatro Clásico, centrado principalmente en las obras del Siglo de Oro, por el que han pasado figuras de renombre como el actor y director norteamericano Tim Robbins o el dramaturgo Rafael Álvarez, El Brujo.

Pero Almagro no sólo vive de este patio de butacas de carácter singular. En las visitas que ofrecemos, podremos dirigirnos a su Plaza Mayor, de planta rectangular irregular y dos pisos, característica por sus típicos soportales. No es lo único. Hay una enorme cantidad de edificios tanto civiles como religiosos que acaparan un valor inaudito: por citar algunos, las casas solariegas (como la Casa del Capellán de las Bernardas), el Palacio de los Condes de Valparaíso o el de los Fúcares, el Teatro Municipal, la Iglesia de San Agustín (con su increíble decoración manierista) o el Convento de la Asunción de Calatrava. Además, ¿a qué esperas para ver en directo cómo se hace el encaje de bolillos o probar sus famosas berenjenas, con un aliño de procedencia árabe?

• Villanueva de los Infantes: otro de los platos fuertes de la comarca es Villanueva de los Infantes, capital del Campo de Montiel. Si por algo destaca, amén de otras cosas, este municipio manchego es por haber sido el escenario escogido por el genial escritor Miguel de Cervantes para ubicar la morada del legendario héroe Don Quijote. Al margen de su relación con la novela del hidalgo, personajes ilustres de la época como Franscisco de Quevedo, del que se preserva la celda en la que murió, Santo Tomás de Villanueva, el humanista Bartolomé Jiménez Patón o Lope de Vega, hicieron de la villa un importante foco cultural y espiritual.

Todo esa influencia tiene su legado en el vasto patrimonio artístico que se concentra en este pueblo de alrededor de 5000 habitantes. Si te decantas por Villanueva de los Infantes, Conjunto Histórico Nacional, encontrarás yacimientos arqueológicos en las afueras de la Edad de Bronce o posteriores, infinidad de ejemplos de arquitectura civil y religiosa como la Iglesia de San Andrés Apóstol, con su maravilloso púlpito plateresco, la Casa del Caballero Verde Gabán, la Casa de los Estudios, sus abundantes palacios, sus preciosos patios de uso público o la Plaza Mayor. Tal como rezaba el prólogo cervantino: “En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme…”. Ahora sí lo recordarás, sin duda.

• Alhambra: Hay ocasiones en las que un diminuto reducto poblacional nos puede dejar alucinados y esta será una de ellas. Posiblemente ni hayas oído hablar de Alhambra, pero os garantizamos que es una de las localidades más bonitas de la provincia. ¿Y eso por qué? Su relevancia se debe a que en el pasado acogió diferentes asentamientos íberos, visigodos o árabes, algo que se plasma en los dos tesoros que alberga el territorio: el Castillo Omeya de Alhambra, mandado construir bajo el dominio de la Orden de Calatrava, y la Iglesia de San Bartolomé Apóstol, cimentada en 1214 sobre los restos un templo romano. Y vestigios de diversas culturas como la necrópolis visigoda, conjunto funerario formada por 200 tumbas pertenecientes a la Alta Edad Media, el aljibe o cisterna de origen árabe utilizada para almacenar el agua, la bodega iberromana o los antiguos lavaderos.

• Valle de Alcudia: la zona de Alcudia, como comúnmente se conoce, viene delimitada a causa de una segregación en la jurisdicción de la Orden de Calatrava y tiene una extensión de más de 100 kilómetros de longitud. Este valle, de gran valor ecológico, discurre en paralelo al río Alcudia. Dentro de su perímetro se localiza la aldea de La Bienvenida, donde están las ruinas de la ciudad romana de Sisapo, foco articulador de la actividad minera de la zona. Esto es un anticipo, luego, más tarde, os contaremos todo lo que podéis hacer aquí. Prometido.

• Cabañeros: Cabañeros es una de las dos reservas de la Comunidad Autónoma de Castilla La Mancha con denominación de Parque Nacional, junto a las Tablas de Daimiel. Curiosamente, pese a que acoge una de las mejores representaciones españolas de bosque mediterráneo, es un desconocido en nuestro país. En su interior, podremos contemplar especies como la perdiz roja, jabalíes, corzos, buitres negros o águilas imperiales. Y muchos más milagros que reclaman un estatus superior para Cabañeros.

¿Qué tipos de circuitos guiados a pie están disponibles?

- Tours guiadas normales: en esta amplia lista se circunscriben la mayoría de las opciones. Visitas encabezadas por un guía oficial, acreditado, que se celebran en los emplazamientos referidos con anterioridad: Ciudad Real, Almagro, Alhambra y Villanueva de los Infantes. Todas, sin excepción, comparten un rasgo común: se focalizan en los monumentos más señalados de cada lugar concreto. Sin embargo, un par de ellas, las que transcurren por los campos de Montiel y Calatrava, respectivamente, abarcan más superficie de la habitual al incluir visitas a pueblos aledaños como Fuenllana o San Carlos del Valle, o, en el segundo supuesto, al margen de Almagro, aproximarse a la Fortaleza de la Orden de Calatrava y al Volcán de Cerro Gordo, el único de la Península al que se puede acceder.

- A un sitio concreto: Una excursión de 1 hora y 30 minutos se adentra en la historia de Ciudad Real valiéndose, para ello, de la colección de objetos (abanicos, cerámicas o cuadros) que cobija el Museo Elisa Cendrero y de la biografía de su propia valedora, esta ilustre dama de la burguesía ciudadrealeña.

- Recorridos de diversa duración: va desde el menor, de una hora y media, hasta uno que se desarrolla a lo largo de una jornada entera.

- Rutas de agroturismo: el culto al trabajo campestre es una de las insignias de la comarca. Y reconocer la envergadura de esta labor por medio del respeto reverencial a la naturaleza, de la admiración de algunas costumbres ancestrales, es el leitmotiv de varias alternativas que ponemos a disposición del usuario. Desde algo tan original como acompañar en su periplo, hasta Mestanza, a un pastor trashumante junto a su rebaño de 1600 ovejas; a la visita a una granja agropecuaria extensiva en los Montes de Toledo donde se dan cita caballos salvajes, burros y vacas; pasando por los cuidados que les dispensan los ganaderos a las cabras en la Finca las Ramblas y en la Quesería Valdehornos.

- Rutas gastronómicas: la importancia culinaria de la región es digna de mencionar. Suculentos manjares como las gachas, las migas, el pisto, el asadillo, los galianos, el tiznao, los duelos y quebrantos o el somallao forman parte de una rica cocina que hunde sus raíces en el campesinado. Y sería un error garrafal que alguno de los circuitos no incorporase la degustación de alguna especialidad (pastas, tortas de aceite con azúcar, mistela, tapas o desayuno molinero con paz de cruz y aceite de Montiel) o la posibilidad de observar el proceso de elaboración de productos de la tierra como el queso, con denominación de origen.

- Circuitos privados: Una de las ofertas del catálogo es un itinerario privado de dos horas de duración, para un máximo de 9 personas, que recorre los puntos neurálgicos de Ciudad Real como la Plaza del Pilar, la Iglesia de San Pedro o la Catedral de Santa María del Prado.

- Tours temáticos: El único recorrido temático que se oferta en la provincia está dedicado, como no podía ser de otra forma, a la figura del Quijote y Sancho Panza. A lo largo de 120 minutos, se atraviesan varios enclaves de Ciudad Real, que guardan parentesco con el libro emblema de la literatura española, al tiempo que se rememoran, mediante curiosidades y anécdotas, las aventuras del caballero medieval.

- Ruta estelar: la gran novedad respecto a las visitas que tradicionalmente aparecen en otras localidades es una experiencia en la que nos invitan a descubrir los secretos del paisaje galáctico del Valle de Alcudia, a través de la utilización de un equipo de astronomía compuesto por un potente telescopio. Algo mágico, tal como atestigua la calificación de “destino turístico” para el avistamiento de estrellas y constelaciones otorgado por la Fundación Starlight.

¿Qué tengo que llevar el día de la actividad?

Lo primero que tenemos que considerar es que la temperatura en Ciudad Real atesora un gran parecido a la de Madrid, es decir, un clima ligeramente continental con veranos calurosos y secos e inviernos bastante gélidos. De hecho, tengo un conocido “culipardo”, que vivía en Madrid, cuya madre, en conversaciones telefónicas, siempre equiparaba las condiciones atmosféricas de ambas ciudades con frases del tipo “aquí hoy está nublado, seguro que en Madrid está igual”. Del mismo modo, hay que contemplar que esta dinámica se acentúa en determinadas zonas rurales de la región, por lo que si tu propósito es viajar hacia estos parajes, aconsejamos informarse previamente de las previsiones meteorológicas.

Sea como fuere, esto nos da para pensar en el outfit más propicio para llevar el día de la actividad: en época estival lo aconsejable sería llevar ropa de verano, con bermudas y camiseta de manga corta y una botella de agua para hidratarse habitualmente. Llegado el invierno todo lo contrario, habrá que sacar del armario sudaderas o jerséis y chaquetas para protegernos debidamente del azote del frío. Por otro lado, en esta estación es usual encontrarse con densas nieblas que dificultan la visibilidad e incrementan la sensación de humedad al extremo. Lo mejor, en estas situaciones, es ponerse un cortavientos o un impermeable que repela correctamente el rocío que se genera.

¿Cuál es el mejor momento para hacer una visita guiada por Ciudad Real?

Tras lo visto, coincidirás con nosotros en que el mejor momento para venir a descubrir los entresijos de esta localidad es en primavera y en otoño. Como en cualquier otro lugar que goza de clima continental, durante abril y mayo y de septiembre a noviembre pueden caer precipitaciones, pero nada que no pueda solucionar la prenda adecuada. Igualmente, muchos se aventuran a conocerla en los meses centrales del año, si eres capaz de soportar los días tórridos y caminar bajo un sol de justicia, tampoco es una mala decisión. Nuestro amigo oriundo de Ciudad Real seguro que estaría totalmente de acuerdo con nosotros.

¿Cómo llegar a Ciudad Real desde Madrid?

Por contra de lo que mucha gente piensa, Ciudad Real es un lugar idóneo para la visita de un día desde la capital de España. Están relativamente cerca, a una distancia de 186 kilómetros, y, aparte, están bien comunicados gracias a la red de carreteras estatal. Si cogemos el coche, tenemos hasta tres opciones, muy parejas en duración, para llegar a esta ciudad fundada por Alfonso X El Sabio en 1255: la primera, la vía más rápida, es enlazando la Autovía de Toledo o A-42 con la N-401 en 2 horas y 20 minutos aproximadamente; el segundo itinerario, que se alarga diez minutos más que el anterior, consiste en tomar la A-42 y después la Autovía de los Viñedos o CM-42 que une Toledo con el municipio de Tomelloso; y, por último, una tercera que es seguir todo el rato la A-4 hacia nuestro destino.

No es el único medio por el que podemos llegar hasta Ciudad Real. Una de las alternativas más demandadas es coger un tren de Alta Velocidad o AVE de la compañía Renfe que cubre el trayecto en menos de una hora partiendo desde la Estación de Atocha. A este respecto, hay que revelar que Ciudad Real fue una de las primeras ciudades de toda la geografía española en contar con este servicio allá por el año 1992. Déjate de excusas, pon el coche en marcha o súbete a un vagón y que comience la aventura.