3. Un espacio que te ofrece mucho más que escalada:
relajarte en el fisio, comerte un sándwich, comprarte unos pies de gato o conectarte por wifi son cosas que podrás hacer en la mayoría de los rocódromos. Están diseñados para que puedas pasarte las horas entre actividades programadas y libres, para que te duches antes de llegar a casa, comentes tus avances con los colegas y, sobre todo, te sientas cómodo sin echar nada en falta. Que no te extrañe que tengan que echarte a la hora de cerrar porque se te ha ido el santo al cielo. En ese caso, no te preocupes, por la mañana vuelven a abrir.