3. Participa en una cata
El culmen de toda visita a una bodega es una degustación de sus productos. En el enoturismo no te quedas mirando, también pruebas el vino. Además de notar el sabor en el paladar, aprenderás algunos de sus rasgos básicos, qué lo define y aquello que lo distingue de otros. En ocasiones incluso te enseñarán a maridarlo con las tapas y platos que le vayan. Con esto sabrás reconocer mejor qué variedad te sirven en tu próximo paso por un restaurante y siempre es un buen tema de conversación en la mesa.