3. Relajante
Aunque parezca mentira, para montar a caballo hay que estar relajado, sobre todo si no se tiene mucha experiencia. Es importante recordar que estamos montando en un animal y es esencial que no hagamos movimientos bruscos que puedan poner nervioso al caballo. Ir rígido tampoco es una solución ya que no seremos capaces de adaptarnos al movimiento el animal y nos podremos hacer daño en la espalda. Los paseos campestres, por montañas o al lado del mar, te ayudarán a eliminar la tensión y montar plácidamente al equino.