A continuación vamos a describirte una serie de consejos que pueden ayudarte, partiendo de la base de que en orientación se cometen errores que con la práctica podremos corregir.

Los mejores sistemas

Para orientarnos disponemos básicamente de dos sistemas: la orientación natural, que como su nombre indica nos brinda la propia naturaleza, y la brújula (de la que hablaremos próximamente). En ambos casos es fundamental calcular la distancia que hemos recorrido, para posicionarnos y saber a qué distancia aproximada nos encontramos del punto de partida al iniciar el retorno.

Debes controlar todos tus movimientos


Cálculo de la distancia recorrida

Cálculo de tiempo: en una piscina, con el equipo de buceo completo, comprueba cuánto tiempo tardas en nadar cien metros. ¿Quizá han sido dos minutos?, pues ya sabes que con el mismo ritmo y sin pararte, cada dos minutos habrás recorrido 100 metros en el mar.

Golpes de aleta: efectúa los mismos pasos que en el apartado anterior, pero esta vez concéntrate en contar cuántos golpes de aletas has de efectuar para avanzar los 100 metros. Cada subida y bajada de aleta cuenta como una unidad. Trasládalo al mar y sabrás que con “x” golpes de aleta has avanzado cien metros. Tanto este sistema como el anterior son fiables en ausencia de corrientes. En caso de que hubiera, deberemos aumentar el tiempo o reducirlo, dependiendo de si efectuamos ese tramo en contra o a favor de la corriente, respectivamente. Cuando la corriente es lateral a la dirección del desplazamiento en ambos casos debemos calcular una deriva (corrección que realizamos “cerrando” más o menos la dirección de vuelta hacia la corriente según su intensidad).

Escoge el mejor equipo de buceo


Consumo de aire: si el buceo que pensamos realizar es de perfil plano (a la misma profundidad), es de gran utilidad. Cuando nuestro consumo esté aproximadamente a la mitad, emprenderemos el camino de regreso. Ten en cuenta que el camino de vuelta es siempre mucho más rápido que el de ida, ya que nos entretenemos menos y no debemos gastar la reserva de seguridad. También podemos utilizar este sistema para recorridos submarinos cambiando de dirección cada “x” atmósferas consumidas, efectuando figuras geométricas como cuadrados o triángulos que nos devuelvan al punto de partida.

Carrete de cabo con marcas o cinta métrica: es el más exacto pero a su vez el más incómodo, sabremos exactamente a qué distancia nos encontramos del punto de partida. Recogiendo el cabo localizaremos la salida. Fundamental en pecios o cuevas.

Brazadas delanteras: es incómodo pero muy exacto, prueba en un fondo que primeramente hayas medido, en este caso no te sirve una piscina, pues aprovechas la brazada por el fondo para desplazarte. Evita deteriorarlo con las brazadas.

Brazadas laterales: este sistema nos será de gran utilidad para localizar zonas de interés de poca extensión en paredes de acantilados. Con este sistema y el ordenador que te marca las oscilaciones de profundidad cada diez centímetros, la localización será perfecta.

Divisa el fondo marino


Observa y recuerda

Una vez analizados los diferentes sistemas de cálculo de distancia, vamos a utilizar los medios que la propia naturaleza pone a nuestro alcance para orientarnos. Siempre han estado a tu disposición, solamente vamos a intentar describirte algunos de ellos. Utilízalos, de uno en uno o varios a la vez y añade los que creas que puedan ser de utilidad según la zona donde bucees.

Cabo del ancla: si inicias la inmersión desde una embarcación, fíjate durante el descenso en el color y grosor del cabo. Observa la longitud del tramo de cadena y la clase de ancla, así como el tipo de fondo donde ha caído y la profundidad. Esto suele ser de gran ayuda, en determinadas zonas muy transitadas por buceadores, para no terminar en otro barco. También es útil observar la forma del casco de nuestro barco bajo el agua.

Luz externa: el movimiento del sol es lento y se puede tomar perfectamente como referencia antes de empezar el submarinismo. Para volver al punto de partida debemos tomar la dirección contraria de la referencia solar del inicio (por ejemplo: sol a la espalda, sol de frente). En el buceo nocturno nos pueden servir de referencia luces de embarcaciones, hoteles, etc, y también la luna, aunque este planeta cambia rápidamente su trayectoria.

La orientación es muy importante


Las corrientes: son movimientos de traslación de las aguas, generalmente en una dirección. Iniciaremos la inmersión siempre en su contra y la vuelta a su favor.

Sonidos: aunque debido a que se transmiten más rápido que en el aire, es difícil saber su dirección, nos pueden servir de ayuda, generalmente cuando nos acerquemos a la costa.

Fauna y flora: normalmente son indicativos de una determinada profundidad y de una dirección que puede variar según el punto donde se bucee. Por ejemplo, en la Costa Brava solamente encontramos gorgonias de colores en las paredes orientadas en dirección norte.

Sigue nuestros consejos


Un consejo para cada tipo de inmersión

Según el tipo de fondo elegido emplearemos un sistema diferente de buceo para que nos resulte sencillo alcanzar el camino de vuelta. A continuación te vamos a describir una serie de sistemas que te harán posible un regreso sin problemas.

Si buceas en fondos arenosos, te darás cuenta de que a poca profundidad se forman en la arena una serie de líneas cuya trayectoria discurre paralela a la costa. Si las cortamos perpendicularmente estaremos desplazándonos hacia mar abierto o regresando a la costa, si seguimos su dirección nos desplazaremos en paralelo a la costa. Una lectura en el profundímetro y la observación de las ondas que vamos dejando a nuestro paso, serán muy eficaces para saber dónde nos hallamos. Debes tener en cuenta que a partir de unos determinados metros de profundidad estas ondas desaparecen quedando un fondo totalmente liso que hace indispensable el uso de la brújula. Si nos acercamos a la orilla, cada vez están más próximas unas a otras. En el caso opuesto se van distanciando.

El fondo marino, todo un paraíso


Si buceas en paredes de acantilado, empieza la inmersión por la parte más profunda dejando la referida pared en el lado izquierdo/derecho. Cuando decidas volver, solamente deberás tomar la precaución de que la pared esté situada en el lado opuesto (hombro opuesto) de la ida, e ir ascendiendo poco a poco de profundidad mientras recorres la pared.

Si buceas en fondos rocosos sin una determinada configuración, observa los pequeños detalles como elementos ajenos al fondo marino (latas, botellas), su posición y profundidad.

Al pasar junto a una roca, coral, montículo, etc; gira sobre ti mismo y fíjate en cómo verás el fondo y las rocas (la otra cara de las mismas) en el camino de vuelta. Toma nota de las zonas de flora y fauna significativas, pueden ayudarte a encontrar el camino de vuelta. Recuerda todos estos detalles.

Descubre fauna y flora


Si buceas en el “azul” en busca de peces pelágicos o solamente para experimentar el placer de “volar” entre las aguas, te será muy difícil orientarte, solamente podrás ayudarte de la luz solar, las burbujas, y mediante la brújula.

Si eres amante del buceo nocturno, debes pensar que tu visión se reduce al alcance de los focos, siendo muy poco probable que puedas orientarte con los sistemas naturales, salvo que reduzcas considerablemente la distancia de tu paseo nocturno.

Planifica tus recorridos antes de empezar a bucear, y escoge en un principio los que te parezcan más fáciles. Supérate a ti mismo siendo muy observador, verás que la naturaleza te ofrece suficientes medios para encontrar el camino de vuelta, aunque en algunas ocasiones no nos queda otro remedio que utilizar la brújula o el hilo guía.

Interactúa con la naturaleza


En cualquier caso sólo mejorarás tu orientación con la práctica. Observa y no responsabilices a los otros del retorno. Todos podemos perdernos bajo el agua en zonas que no conocemos.