
¿QUÉ ES?
El Flyboard es en realidad solo un ejemplo de una tendencia más amplia en los deportes acuáticos: el hydroflighting. El concepto básico es el uso de chorros de agua que propulsan una plataforma hacia el aire. El Flyboard en sí es un modelo para una persona, de pie, que se asemeja a una tabla de snowboard con dos grandes aperturas, más separadas que las sujeciones para los pies, por donde salen los chorros. La fuerza de los chorros proporciona suficiente elevación para lanzar al rider hasta al menos 10 metros de altura (también se han registrado alturas de más de 20 metros) y permite realizar acrobacias como volteretas hacia atrás, hacia adelante y giros.
La patente del Flyboard tiene más de 10 años, adquirida por el experto en deportes acuáticos francés Franky Zapata en 2012. Inmediatamente llamó la atención de los entendidos, pero aún no ha despegado como un rival para deportes establecidos como el paddleboarding o el powerboating. Quizás el elevado precio de varias miles de libras por unidad ha frenado su popularidad.

¿CÓMO FUNCIONA?
Hemos mencionado los chorros y podrías pensar que la propulsión a chorro no es nada nuevo en los deportes acuáticos – mira las PWC (embarcaciones personales), también conocidas como jet skis. Bueno, estarías en lo cierto. Los Flyboards y dispositivos similares dependen de los jet skis para obtener potencia. Un Flyboard, u otro hoverboard de hidropropulsión, se conecta a un jet ski mediante una manguera resistente que captura el flujo de agua a alta presión y lo transfiere a la plataforma donde se para el usuario. Así, es el piloto del jet ski quien controla el acelerador y, por tanto, la potencia del Flyboard.
Lo novedoso del Flyboard es la estabilización. Esto se logra mediante mangueras manuales que el rider usa para mantener el equilibrio. Es una característica necesaria para principiantes, pero los pilotos experimentados pueden prescindir de ellas, dando más potencia a los chorros principales y mayor libertad para las acrobacias.

¿DÓNDE PUEDES PRACTICARLO?
El Flyboarding comenzó en Francia, y sin duda la costa sur de Francia, así como otros destinos mediterráneos como el sur de España, las Islas Baleares y Santorini, son lugares excelentes para probar este deporte. Más lejos, están el Caribe y las costas de surf de California y Australia.
¿Y en el Reino Unido? Como nación insular, no es sorpresa que haya experiencias de Flyboarding disponibles en todas partes del Reino Unido. En el suroeste, puedes probar el Flyboarding en Poole Harbour, Dorset. Las opciones más cercanas a Londres están en Salfords, Surrey. Dumfries, en Escocia, es otra ubicación, al igual que los Tattershall Lakes en Lincolnshire y Jersey en las Islas del Canal. Y eso sin mencionar Irlanda, donde puedes subirte a un Flyboard en el Océano Atlántico en Kilkee, Condado de Clare.

¿QUÉ VIENE DESPUÉS?
Desde nuestro punto de vista, el hydroflighting está listo para despegar cuando los precios empiecen a bajar. Los Flyboards y otros modelos, como el Freedom Flyer, el Jetblade y el Flydive X-Board, tienen un atractivo irresistible para todo tipo de personas. ¿Quizás sea el hecho de estar atados a un jet ski lo que está disuadiendo a la gente? Ya veremos.
Si el aspecto de estar atado va a ser un problema, no hay que mirar más allá que la última innovación de Franky Zapata: el Flyboard Air. Se trata de un equipo de ciencia ficción, compuesto por una tabla con 5 turbinas a reacción. En este modelo, propulsan aire, no agua, y permiten al usuario volar como Superman, o quizás el Surfista Plateado sea una mejor comparación. El propio Zapata incluso ha cruzado el Canal de la Mancha con solo una parada para repostar. Sin embargo, una vez más, el precio (esta vez de cientos de miles de libras) y algunas limitaciones técnicas podrían impedir que el Flyboard Air alcance el éxito masivo, ¡pero no pierdas de vista este espacio!