Lo primero que le digo siempre a estas personas es que esto es una carrera de fondo y además muy caro y se puede tardar años en conseguir, por lo tanto hay que tener paciencia.
En primer lugar es imprescindible hacer el curso AFF (Acelerate Free Fall course) en un centro de paracaidismo. En España disponemos de varios por toda la península y cada vez hay más.
Ya he hecho el AFF ¿Y ahora?
Después de hacer el curso realizar 200 saltos para poder ponerse un traje. Los trajes para iniciarse son mas pequeños y no ofrecen grades prestaciones pero sí seguridad, facilidad de manejo y agilidad para acrobacias y son muy frecuentes en competiciones acrobáticas.
Ese número de saltos garantiza que esa persona tiene la destreza necesaria para desenvolverse con soltura en caída libre sin ser un peligro ni para sí mismo ni para otros.
He hecho 200 saltos ¿Puedo saltar de una montaña ya?
NO. Se debe hacer el curso de Wingsuit con un instructor y en este momento empieza una nueva fase de aprendizaje donde se deben consolidar las nuevas habilidades. Yo aconsejo hacer un mínimo de otros 150 o 200 saltos con este traje antes de plantearte si quiera subir una montaña con él. Y saltar hasta el punto en que se convierta en tu segunda piel y puedas realizar todos los movimientos o rutinas sin tener que pensar y que sea tu cuerpo el que actúe por ti.
¿Qué más necesito?
Lo recomendable es tener al menos 300 o 500 saltos desde avión y durante todos esos saltos ir perfeccionando el pilotaje de campana y la precisión en los aterrizajes.
Son habilidades imprescindibles para el siguiente paso donde nos encontraremos a poca altura con campos de aterrizajes muy pequeños y puede que alguna vez inexistentes donde dispondremos de mucho menos tiempo de vuelo bajo el paracaídas.
Se necesita también realizar un “curso” especifico de salto BASE. Consta básicamente de aprender a plegar ese paracaídas, puesto que tiene algunas diferencias y peculiaridades con respecto a un paracaídas de caída libre, eso por un lado, por otro algunos procedimientos básicos de seguridad, reacción ante imprevistos y a realizar salidas correctas.
Una de las mayores diferencias con respecto al paracaidismo es que se parte de velocidad cero y se precisa de una técnica especifica para tener una caída libre controlada, aquí una mala salida podría ser la última puesto que esta modalidad se practica a alturas muy por debajo de las alturas normales de paracaidismo donde se suele saltar entre 1500, 3000 y 4500 m y el salto base puede realizarse desde 60m en adelante.
Actualmente no existe ninguna reglamentación oficial al respecto. En España no nos acogemos a ninguna federación, ni los instructores tienen una titulación específica.
¿60m con Wingsuit?
Imposible, para un salto de wingsuit se necesitan como poco unos 100 o 150 metros de “rock drop” que es la distancia entre el punto de salto y el lugar donde impactaría una piedra si la dejamos caer, a esa altura sumemos mínimo otros 400 m y teniendo unos 500m o mas desde el “Exit” lugar exacto desde donde se salta hasta el aterrizaje ya podemos hablar de una altura aceptable para tener tiempo de volar, alejarse de la pared y abrir el paracaídas de forma segura y altura suficiente.
¿Llevas altímetro? ¿A qué altura abres? ¿Cómo sabes cuándo tienes que abrir?
No, no conozco a nadie que use altímetro para esto, no es necesario, se utiliza el “ojímetro” con la apreciación visual sabes cual es la altura a la que debes abrir, el instinto de conservación está presente y no dejará que llegues al suelo sin intentarlo. La altura mínima será aquella que te permita llegar al aterrizaje de forma segura y en caso de tener alguna malfunción en la apertura poder subsanarla a tiempo.
Añadiendo algunos metros más para el wingsuit puesto que tenemos que desabrocharnos algunas cremalleras para poder empezar a dirigir la navegación.
¿Malfunciones en la apertura?
Pueden ser el famoso 180, enrollamiento o “Line Twist”, “Line Over” lo que los parapentistas conocen como corbata, líneas de tensión o “tension knots”. Para poder solucionarlas necesitaremos mas tiempo de lo normal y en este caso mas tiempo equivale a abrir un poco mas alto, por muy bien que uno pliegue el paracaídas o por miles de veces que lo haya hecho es una ciencia incierta con infinidad de variables: velocidad, postura corporal, calidad del plegado, viento…
¿Por dónde se empieza en el BASE?
El mejor objeto para empezar a saltar son los puentes. Ofrecen una garantía de seguridad, en caso de tener una apertura con giro de 180º no nos encontraremos con una pared y tenemos la oportunidad de salvar el pellejo. Cuantos más saltos se realicen de este tipo más preparado se está para empezar con los saltos terminales.
“El temido 180 es una de las mayores causas de muerte entre los que practican el salto Base.”
Una vez se convierte un individuo en saltador BASE independiente y debe tomar sus propias decisiones, pasa a ser muy importante contar con la compañía de aquellos que posean más experiencia y pueden servir de ejemplo y guía. Una persona inexperta puede cometer involuntariamente decisiones equivocadas.
Ni que decir tengo que deben ser personas coherentes, con sentido común y amplio sentido de la responsabilidad, pues de lo contrario sería contraproducente para nosotros mismos.
Esto no quiere decir que sean responsables de nadie, pues aquí a ninguno le ponen una pistola en la cabeza para saltar y quien lo hace es el completo responsable de sus actos.
¿Qué son los saltos Terminales?
¡Eso suena fatal! Terminal es aquel salto en el que la altura nos permite alcanzar una velocidad máxima de caída libre, que es alrededor de 200 km/h. Para este tipo de saltos nos vemos obligados a desplazarnos por España, Europa y el resto del mundo.
En la zona de los Pirineos tenemos varios posibles pero no son los más apropiados para principiantes. Mi consejo es empezar por el famoso Monte Brento en la zona de Trentino, Italia. Es una montaña realmente alta con algo más de 1000m hasta el aterrizaje, cuenta también con una pendiente negativa, lo cual es positivo para nosotros, al ir metiéndose hacia dentro la pared corremos menos riesgo de sufrir un impacto contra ella si se diese el caso de una mala salida aunque luego vuelve a ser positivo, el desnivel nos brinda altura suficiente para resolver dicha incidencia.
Recomiendo realizar varias decenas de saltos como éste previos a enfundarse un traje de alas, se trata de consolidar la salida y realizar derivas que te alejen de la pared lo máximo posible.
¿Derivas?
Deriva o en inglés “track” es deslizarse de forma horizontal en el seno del aire usando la posición del cuerpo con el viento relativo que generamos en caída libre a esa velocidad.
¿En qué momento se está objetivamente preparado?
Tras haber hecho los deberes, es decir los entrenamientos previos, 200 saltos de avión, otros 200 con el traje, unos 10 saltos de puentes o antenas y unos 30 saltos de grandes paredes. Se podrá decir que se está objetivamente preparado para fusionar el BASE con Alas.
Toda esta preparación es necesaria para minimizar los riesgos que se puedan derivar, como podría ser el tener una mala salida debido a los nervios de la novedad o verse envuelto en un medio al que no se está acostumbrado.
He visto como algunos vuelan cerca de la pared y entre árboles... Ahora no es el momento de planteárselo ni tan siquiera, se trata en su mayoría de pilotos expertos o avanzados de gran nivel y con una larga trayectoria a su espalda.
Por otro lado lo que hagan los demás no debe ser lo que impulse tus movimientos. He conocido a varios saltadores con decenas de años en el deporte y algunos miles de saltos Base en su haber que nunca habían hecho vuelos de proximidad ni deseaban hacerlo. Tal y como lo practican les es estímulo suficiente para disfrutar. Quizás sea la razón de tan largas trayectorias.
¿Vuelos de proximidad?
Vuelo de proximidad o “Proximity Flight” también “Proxy” comúnmente conocido, se trata de volar cerca de las paredes de una montaña y todo su entorno y relieve como árboles, salientes, vaguadas, entrantes…
Pero es un campo que se debe dejar para personas con amplia experiencia puesto que se maximizan los riesgos, cualquier objeto se convierte en un peligro potencial, tenemos que tener en cuenta que estamos volando entre 100 y 200 km/h de velocidad horizontal, dependiendo del modelo y la técnica del piloto.
Nuestros trajes funcionan con un principio físico similar al de un parapente, tiene unas entradas de aire que lo llenan, se presuriza , genera resistencia y sustentación con una carga alar altísima.
Pues me visto uno más grande... Negativo, eso sería imprudente. Los fabricantes de wingsuit tienen en sus páginas web unas tablas en las que especifican qué experiencia se debe poseer para poder volar cada uno de ellos, cuanto más grande sea más prestaciones de rendimiento posee pero más complicado de volar pasa a ser, y esas tablas están para seguirlas, son para la seguridad de todos.
Algunos trajes son aptos para la persona que está a punto de hacer su primer vuelo y otros en cambio recomiendan haber realizado como mínimo 200 o 300 saltos de modelos inferiores previos, lo que dará al piloto más experiencia y recursos para poder volarlo con seguridad.
De no seguir estas indicaciones los riesgos podrían ser muy elevados y pagarse incluso con la vida.
¿Qué prestaciones ofrece un Wingsuit?
Las prestaciones varían en relación al modelo, tejido y la técnica que demuestre el piloto, que pasa a tener la mayor importancia.
Y el “Glide Ratio”, (Radio de planeo) oscila entre 2:1 en los más pequeños y 3:1 los más grandes aunque es posible superarlo, está al alcance de pocos. Aquel piloto que consigue mantener su vuelo constantemente al máximo demuestra ser realmente hábil y digno de admirar.
¿Cómo ha sido mi experiencia en esto?
Es básicamente lo que aquí he escrito. En 2007 hice mis primeros saltos en modalidad automática en el ejército, en 2009 hice el curso AFF, en 2012 el curso de BASE
También quiero aprovechar la ocasión para animar a las personas que estén dando este paso o quieran darlo aprovechen para aprender conocimientos básicos de meteorología y leer algún libro como puede ser “Visitar el cielo” nadie os obligará a saberlo, ni habrá exámenes, pero nunca viene de más, aunque sean libros enfocados al parapente sirven perfectamente para este deporte de montaña pues ciertas cosas saberlas puede evitar situaciones desagradables o peligrosas. Conocimiento de las térmicas, la brisa de valle, inversión térmica, gradientes, nubes…
Algunos saltos no son recomendables a partir de cierta hora del día pues el terreno puede estar ya demasiado caliente y las térmicas si afectan y de forma negativa a un Wingsuit grande, saber intuir en que dirección e intensidad va a estar el viento en la cima de una montaña con mirar el reloj o observar las nubes o la orientación de los valles son cosas que no deberíamos pasar por alto.
“El conocimiento reduce los tiempos de reacción”
Otro punto que quiero comentar es que para seguir disfrutando de esto hay veces que es mejor darse la vuelta y no saltar, es una decisión muy difícil de tomar cuando se está a escasos metros del borde, pero hay ocasiones en las que las condiciones meteorológicas han cambiado o son mas fuertes de los que se esperaba y fuera de los márgenes de seguridad, ahí la mejor opción es abortar.
Como dice el refrán “Una retirada a tiempo es una victoria”. Y sí, es una decisión difícil de tomar, a los que hacemos esto nos gusta saltar y estamos ahí para eso, el hecho de tener que rendirse tras haber caminado o esperado durante horas tiene un sabor un tanto amargo pero se trata de seguir en el juego, no de buscar un riesgo absurdo que nos cueste la vida.
En contra de la opinión popular la mayoría no somos descerebrados que buscar rozar la muerte o burlarse de la vida, aunque sea cierto que en algunos casos errores humanos, errores de fallos a la hora de tomar decisiones a algunas personas les ha costado la vida en este deporte.
El objetivo es disfrutar con la adrenalina, las vistas, los lugares, dejarse maravillar por la inmensidad de la naturaleza y disfrutar de las montañas y esas increíbles sensaciones.
Sientes que vuelas como un águila, eres totalmente consciente de lo que está pasando y puedes obtener unas vistas del entorno que son privadas al hombre por su naturaleza.
Algunos parapentistas pueden entender en cierto modo de que les hablo pues ellos también ven el mundo desde las nubes. La falta de información y el riesgo tan elevado dan mala imagen del deporte y de quienes lo practican, en muchos lugares y países está perseguido, castigado e incluso tipificado como delito en el código penal, lo que resulta en ocasiones injusto.
Es comprensible que no esté permitido en zonas urbanas de forma irregular o sin permisos municipales o particulares, pero en ocasiones resulta frustrante ver grandes montañas donde no te dejan disfrutar de ello.
Por ejemplo existen lugares donde puedes escalar pero no puedes hacer salto BASE porque deterioramos el medio o asustamos a los pájaros, no tiene sentido, igual que en muchos parques naturales no se puede volar y si se puede hacer motocross o este segundo no está perseguido, incongruencias de la justicia.
Este es un deporte que por su naturaleza nos obliga a desplazarnos a otros lugares del país o incluso a viajar. He estado en diferentes países saltando y cada vez que lo hago disfruto de una experiencia inigualable y conozco a personas maravillosas. Esta es una práctica que nos hace sentirnos muy unidos y resulta muy fácil empatizar. He hecho grandes amigos por todo el globo. Desde USA, Argentina pasando por Alemania, Austria, Italia, Francia ,Grecia, Nueva Zelanda y muchos más y cada una de estas personas siempre tiene algo bueno que aportar a nuestra experiencia como consejos, trucos, técnicas, puntos de vista….
Y así al momento de volver a casa sientes lástima de separarte de todo eso recordando los mejores momentos o como nos abrazábamos en el aterrizaje para celebrar que ha salido todo bien.
¿Has tenido alguna mala experiencia?
Sí, algunas, unas más peligrosas que otras. Por eso mismo es tan necesaria una buena preparación y desarrollar los reflejos necesarios para automatizar los movimientos e intentar solucionarlas en el menor tiempo posible. Lo cual requiere estar en plenas facultades físicas y mentales.
De momento gracias a eso y algo de suerte he podido solucionarlas lo suficientemente bien como para estar hoy aquí.
¿Hasta cuándo lo harás?
De momento ni me lo planteo, es mi vocación, me apasiona realmente, además es muy adictivo y mientras la salud y los años me lo permitan seguiré disfrutando de ello de la mejor manera posible.
