Pocas zonas del mundo pueden presumir de una tradición vinícola como la de estas tierras. En ellas, durante siglos, sus vinos han sido elaborados y criados con mimo generación tras generación. Hoy en día, miles de hectáreas de vides continúan una trayectoria milenaria. Navarra, tierra diversa y generosa como sus vinos, es la puerta por donde se adentran y confluyen las rutas del Camino de Santiago provenientes de Europa.
El Camino permite al peregrino disfrutar de un paisaje salpicado de fértiles tierras de viñedos hasta llegar a Pamplona, capital del Viejo Reyno. La ciudad, bella, tranquila, cargada de historia y cultura, se engalana cada año el 7 de Julio para celebrar las fiestas más internacionales, las fiestas de San Fermín. Es precisamente aquí, en Pamplona, donde Bodegas Artajona tiene su sede.
Bodegas Artajona comienza su historia en el año 1952 cuando la familia Pérez de Ciriza se traslada desde su pueblo natal, Artajona, a Pamplona, donde inauguran su primera Bodega.
Desde ese mismo momento la calidad y el servicio fueron las bases sobre las que se asentó el proyecto familiar. En 2002, tras estar sólidamente instaurada en el mercado regional y con tres generaciones dedicadas al mundo vinícola, Bodegas Artajona inaugura unas modernas instalaciones de más de 3.000 m2 e inicia un proceso de expansión hacia nuevos mercados marcándose un claro objetivo: satisfacer los paladares más exigentes con unos vinos de la máxima calidad.
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