Vamos a poner en marcha una excursión a caballo que parte desde el terreno de nuestra propia finca y recorre los alrededores a lo largo de dos horas de duración, tiempo más que suficiente para que tengáis una visión global del tipo de paisaje que os podéis encontrar en este punto de la geografía española, el del norte de la Península.

Tenemos un centro de hípica con una extensión de 250 hectáreas de superficie, un recinto de enormes posibilidades. Por eso mismo, no hace falta salir al exterior, a lo largo del perímetro de nuestra escuela se acumulan diferentes espacios, variados, que harán las delicias de cualquier usuario, ya sea en niños o en adultos.

Porque esa es una de las mayores ventajas que tenemos, que todas nuestras excursiones son idóneas para iniciarse en el fabuloso mundo del turismo ecuestre, no se requiere experiencia. A nuestras rutas guiadas pueden venir desde expertos/as jinetes o amazonas a usuarios con un nivel principiante.

Lo que de verdad importa es que tengáis ganas de pasároslo genial y de disfrutar de un día en el que entablaréis un fuerte vínculo con la naturaleza, con todo lo que os rodea. Desde las verdes praderas típicas de la comarca a los frondosos bosques emplazados a lo largo y ancho de la región, seréis testigos de diferentes manifestaciones, todas de una belleza insólita.

Asimismo, son rutas 100% tranquilas en las que prima, por encima de todo, la seguridad del usuario, una de las máximas de nuestro centro. A causa de estos principios, lo primero que haremos será impartir una lección teórica, breve, para que los puntos de interés queden claros. Tras esto, nos pondremos en marcha, rumbo a explorar los caminos aledaños a la localidad de Arriondas.

Por otro lado, para vuestra mayor tranquilidad, os haremos entrega de todo el material obligatorio que se emplea en este tipo de actividad, tal como el casco para proteger la cabeza y otros elementos que van unidos al caballo como las riendas o la silla de montar.

Es aconsejable que, al margen del equipo que os proporcionamos, vengáis con ropa de más o menos abrigo en función de la temporada y botas de montaña o, en su defecto, deportivas para cabalgar con cierta soltura.

Dos horas de vuestra vida, posiblemente las mejor invertidas. Tanto es así que estaréis deseando repetir, sí o sí.