Uno de los mejores planes del verano es coger una moto de agua y lanzarse al mar, a la aventura, sin un rumbo determinado, simplemente dejándote llevar por la libertad que reporta navegar a toda velocidad por el agua, sentir la brisa del viento golpeándote en la cara y caer en la cuenta de que eres dueño de tu propio destino, algo que, por desgracia, no ocurre con tanta frecuencia. 

También es necesario reconocer que hay lugares que, por su privilegiada situación, permiten alquilar una moto de agua a lo largo de todo el año, ya sea porque la temperatura es agradable o porque las condiciones atmosféricas del mar son idóneas. Si a eso le sumamos un entorno incomparable, entonces, ¿qué más se puede pedir?

Nos vamos a desplazar hasta el pintoresco pueblo de Nazaré, en la región centro de Portugal, uno de los últimos reductos que conserva algunas de las tradiciones más peculiares de todo el país: desde la preparación del pescado seco, transmitida de generación en generación, a la popular vestimenta de las mujeres locales, con faldas de franela con siete colores.

Pero si por algo destaca Nazaré, por encima de todo, es por la presencia, intimidante, de un cañón que origina las olas más altas del planeta. Todo un evento que se puede presenciar constantemente, como si el mar fuera un flan que se tambalea sin descanso de arriba a abajo. Pero también merece la pena dirigirse a otros puntos de interés de la costa.

Dispondréis de una hora de duración para utilizar una moto acuática biplaza, de gran cilindrada, que podréis manejar a partir de los 18 años o de 16 con una autorización firmada por uno de los padres o tutor legal. Vuestro acompañante irá como copiloto, puede ser vuestra pareja, un amigo o un familiar, a vuestra elección.

Pero también puede ocurrir que vengáis solos y no sepáis conducir, en cuyo caso uno de nuestros monitores expertos tomará los mandos. Asimismo, con vistas a garantizar vuestra seguridad en todo momento, antes de salir, se impartirá un briefing introductorio y se os proveerá con un chaleco salvavidas para utilizar a lo largo de todo el recorrido.

Ahora resta gozar de la flexibilidad que te da controlar una moto de agua, podréis ir a cualquier punto del litoral que os llame la atención, podréis deteneros para daros un baño o, simplemente, apretar el acelerador y sentir un golpe de adrenalina pura. Y en Nazaré, un marco único para hacerlo.