Recalamos en Menorca, la pequeña balear que yace a merced de la Tramuntana, viento del norte que ha desgarrado lentamente sus intrincadas costas, haciéndola irregular en todo su perímetro.

A pesar de eso, Menorca contiene una belleza fascinante por su naturaleza casi intacta y sus encantadoras calas (más de un centenar) con aguas cristalinas donde no son raras visibilidades superiores a los 30 metros.

Menorca dista de su hermana mayor 35 millas náuticas y su agradable temperatura ambiental la hace propicia para ser visitada en los meses de bonanza mediterránea. Puedes ver todas las opciones de buceo y precios ampliando información.

Buceando en aguas menorquinas


Si sus aguas son enormemente diáfanas, no es tampoco desdeñable su temperatura que ronda los 24 ºC en verano. Todos estos factores hacen de Menorca un buen destino para los deportes náuticos y, en especial, para el buceo.

Existen numerosos puntos o zonas de buceo en toda la isla, desde el norte al sur y de oeste a este. Su perímetro reducido se agradece, pues si los vientos son de componente norte, podemos acercarnos a las zonas del sur de la isla, y viceversa.

De todas formas, la misma orografía, geografía o simple interés de los insulares, nos acercan a puntos o enclaves emblemáticos para la práctica del submarinismo.

Las tres zonas principales de Menorca

Distinguiremos tres zonas de buceo en Menorca, una al norte, con altos acantilados y escarpada costa; otra al sur con relieves más suaves y menos azotada por la tramuntana; y otra al oeste de la isla que nos abrirá paso a uno de los buceos más significativos de todas las Baleares.

Empecemos pues, por nombrar y describir resumidamente dichos enclaves de buceo:

Peces entre plantas

  • Zona norte: de hecho esta zona de buceo se encuentra en la vertiente noreste de la isla, en el puerto de Addaia, a 20 Km. de la capital, Mahón.

Addaia es un enclave famoso por ser uno de los puertos naturales más seguros de toda la orografía insular. Los vestigios históricos que se han encontrado sumergidos en sus aguas, confirman lo anteriormente dicho. Numerosas ánforas y pecios romanos hundidos en sus proximidades demuestran que Addaia fue un refugio y un buen resguardo para la navegación en la antigüedad.

Los buceos en cuevas son uno de los mejores atractivos menorquinos. Innumerables oquedades ascienden a cámaras de aire donde las estalagmitas y estalactitas forman fascinantes estructuras.

El buceo en esta zona se caracteriza, principalmente, por paredes agrestes e irregulares (formadas por el continuo batir de las olas). Grutas y cuevas submarinas se suceden unas a otras; algunas con grandiosas cámaras de aire cubiertas de estalagmitas y estalagtitas como testimonio mudo de la formación geológica que tuvo lugar miles de años atrás.

Estrella de mar


Numerosos puntos de buceo se aglomeran en este trozo de mar del noreste de la isla, donde es común observar grandes bancos de espetones que merodean por las cristalinas aguas en busca de pequeñas bogas o sardinas.

Otra especie, esta vez de flora, es muy significativa de Addaia, la posidonia oceánica. Esta planta marina cubre grandes extensiones del fondo y sirve de refugio a numerosas especies que habitan bajo sus tallos, como las nacras, pequeños crustáceos, caballitos y estrellas de mar, serránidos y espáridos.

  • Zona sur: Cala Torret es el destino más aconsejable en este lado de la isla pues, a parte de poseer una buena infraestructura turística, está a cobijo de los vientos más frecuentes que soplan en las Baleares. Al abrigo de la Tramuntana, del Gregal y del Mistral, aunque no del Garbí, viento del sur que nos puede dificultar el buceo en las cercanías de la cala.

A lo lejos de Cala Torret y hacia el este, aparece la Isla del Aire, denominada así por la poca altura que tiene. Con temporales de Levante es casi inapreciable pasando, el bravo oleaje, por encima de su escasa superficie emergida.

Buceando en Addoia


Se pueden realizar numerosas inmersiones alrededor de la Isla del Aire, que dista escasos minutos de navegación desde Cala Torret. Los buceos en esta zona se caracterizan por profundidades livianas en aguas poco profundas, oscilando casi todas las inmersiones entre los 18 y 25 metros. Caracterizadas, igualmente, por la presencia de grandes praderas de posidonia y, curiosamente, por la existencia de un gran número de meros (aquí llamados Amphós) de pequeñas dimensiones, desde alevines a meros de escasos 15 centímetros de longitud.

Cala Torret tiene una oferta que cubre las necesidades tanto de los principiantes como de los más expertos. Los primeros optarán por inmersiones en aguas someras, como la denominada "Es cagaires", y los últimos por buceos en cuevas, sin olvidar el enclave denominado "La barbada de Alcaufar" o el pecio del Malakof.

  • Zona este: nos acercaremos hasta Ciutadella, un encantador pueblo con un puerto de una belleza mediterránea insuperable.

Partiendo desde aquí, tendremos la oportunidad de bucear en la famosísima cueva de "En Pont d´en Gil", con sus decenas de metros de longitud y sus numerosas cámaras de aire (donde, en algunas de ellas, se puede hasta caminar por su interior).


En Pont den Gil



A pesar del inicial estremecimiento por este tipo buceo, pronto se ve superado por la poca profundidad que alcanzamos y la relativa facilidad que sentimos al respirar sin regulador dentro de las cámaras de aire de la cueva. La verdadera belleza de estas inmersiones estriba en la contemplación de las fascinantes formaciones geológicas que construyen las calizas (grandes columnas sumergidas y emergidas, estalagmitas y estalagtitas de colores diversos que van desde el blanco al ocre y marrón oscuro).

  • Zona noreste: la Cueva Grande: se trata de un buceo en una gruta con no demasiada dificultad y que, al final de su recorrido, se encuentra una gran cámara de aire.

Justo fuera de la cueva es fácil observar grandes cardúmenes de pececillos como las bogas o sardinas. A unos 17 metros de profundidad entramos en una inmensa oquedad que tiene una altura desde el fondo hasta su parte superior de casi 32 metros y una anchura superior a los 6 m. Los rayos de sol penetran unos diez metros hacia el interior pero, a partir de allí, se hace obligatorio el uso del foco submarino para seguir adentrándonos en la cavidad.

En el fondo se observan grandes bloques de rocas, seguramente desprendidos del techo, que albergan tímidos crustáceos y algún que otro congrio. A unos 40 metros hacia el interior la cota disminuye y se adivina una pendiente ascendente que nos llevará hasta la enorme cámara de aire, donde podremos descansar un rato y observar las bellas estalagtitas y estalagmitas.


Cuevas de Menorca



Está claro que Menorca es una joya para todo amante del buceo, lo que la convierte en un destino perfecto para todo amante de este deporte de aventura.

¿Te vienes a descubrirla?