El hombre ha tenido que agudizar el ingenio ante la necesidad de practicar submarinismo, por lo que a lo largo de los años ha desarrollado diferentes técnicas que le permitieran realizar la actividad. En un principio, cuando no existían los avances que hay ahora, el buzo tenía que aplicar la técnica de la apnea


La técnica de la apnea es de las más antiguas

La apnea, la fiel aliada de los griegos en la batalla de Artemisa

Ya por el año 484 a.C, Herodoto en su relato sobre la batalla de Artemisa entre los griegos y los persas, cuenta cómo una pareja de griegos eran los encargados de recuperar objetos de naufragios. Los protagonistas fueron Scyllias y su hija, Cyana, que aprovechando la noche, bucearon hasta las naves persas de Jerjes I y cortaron sus amarras durante una tormenta. El propósito final era que estas se estrellaran y como consecuencia, este hecho fue decisivo en la victoria de los griegos. 

Este hecho pasó a la historia del buceo, pues tan solo unos años después, el comandante e historiador griego Tucídides (460 - 395 a. C.) describió las acciones de guerra de los nadadores de combate en la guerra del Peloponeso (431 - 404 a. C.).

Pero no solo en el Mediterráneo se han encontrado indicios de la práctica del buceo, según algunas investigaciones, ya en el año 2000 a. C. se practicaba la apnea en las costas de Perú.

Y resulta asombroso saber como desde hace dos mil años, en el Pacífico Occidental, existe una explotación tradicional de los recursos marinos, llevada a cabo exclusivamente por mujeres. Estas mujeres reciben el nombre de "ama" y son buceadoras japonesas y coreanas las encargadas de recolectar esponjas, moluscos (principalmente ostras, para el comercio de perlas) y corales.

Desde pequeñas, se someten a una dura disciplina que les permite, cuando son adultas descender con lastres a las profundidades marinas a más de treinta metros. 

A lo largo de la historia se ha usado con diversos fines

Una técnica militar milenaria


Era Aristóteles el pensador y escritor griego, quien escribió distintos relatos sobre el desarrollo de diferentes batallas y conquistas donde se mencionan la utilización, con fines militares, de estos ingenios donde servían para sabotear las naves enemigas, escapar bajo el agua o evitar los sitios de ciudades y fortalezas con el fin de hacerse con víveres y armas. 
  • Utriculares

En los ejércitos de Alejandro Magno se encontraban soldados buceadores y nadadores que se encargaban de misiones militares subacuáticas de suma importancia en las batallas navales.

Durante la conquista de Asia Menor por parte del ejército general griego, se diferenciaba un grupo de soldados denominados como "utriculares", quienes eran los encargados de construir embarcaciones de ramas embadurnadas de betún y plataformas sobre odres de aire, para el combate y el transporte naval. 

La apnea la técnica de buceo milenaria


Un antiguo mito griego cuenta que era tal la curiosidad de Alejandro Magno en conocer los secretos que se escondían bajo las aguas que mandó fabricar un gran cofre de roble obtenido del Valle de Quasimiyeh, con incrustaciones de vidrio incoloro y transparente con refuerzos de bronce. Este navío que fue construido en la ciudad de TIro y enviado al mar de Eritrea contaba con unas dimensiones que llegaban a los 3,5m de ancho por 2,5m de alto. 

En este ingenio, que denominó “Skaphê andros” (etimología de la palabra escafandra), se introdujo junto con su lugarteniente Nearco y, posteriormente, fue sellado con betún, descendiendo sobre un fondo de catorce “orgyes” (un orgye = 1,85 m) durante horas, contemplando cómo “grandes bestias marinas” daban vueltas a su alrededor.

Buceando en modalidad de apnea

  • Los romanos

Posteriormente, fueron los romanos, expertos en la estrategia y el “arte de la guerra”, quienes incorporaron a sus filas unidades de buceadores de combate, denominados “urinatores”. Estos hombres eran excelentes nadadores y buceadores en apnea. Su labor consistía en acceder a través del mar a los barcos enemigos y hundirlos o sabotear sus defensas. Del mismo modo que los comandos militares especializados de hoy en día, atacaban las defensas de los puertos enemigos y se encargaban del suministro y correo de las fortificaciones situadas.

Como ejemplo de la importancia de los “urinatores”, podemos citar dos episodios históricos: el bloqueo del puerto adriático de Orique, provocado por las naves de Pompeyo en el año 49 a. C. Los “urinatores” de las tropas de Julio César tuvieron vital importancia en su liberación. Por la noche, atacaron las naves enemigas buceando hasta ellas y consiguieron remolcarlas con garfios a tierra, donde el resto de las tropas las vencieron.

Buceador haciendo apnea


Las naves romanas del emperador Septimio Severo (194-196 d. C.) fueron destruidas por los soldados bizantinos después de que sus buceadores ataran cuerdas al casco de las naves invasoras y las arrastrasen a tierra para atacarlas.

Siglos después, concretamente en el año 1547, quedó probada por vez primera la importancia militar del buceador para atacar naves con el uso de explosivos. Una flota de barcos de guerra del sultán turco Solimán el Magnífico recorría la costa azul Mediterránea, atacando y robando por todo el litoral.

En una localidad italiana raptaron a una mujer, una prometida de un joven llamado Paolo di Cassia. Este navegó en un pequeño barco de vela hasta la isla donde estaba fondeada la flota y buceo durante toda la noche hasta llegar a los barcos con la intención de prender fuego a un almacén de pólvora que había en uno de ellos. Aprovechando la confusión para liberar a su prometida y conseguir así escapar a nado mientras los barcos turcos ardían.


Buzos haciendo apnea

Los primeros buceadores profesionales


Durante el esplendor de Bizancio, en ausencia de grandes campañas militares, los hombres capaces de introducirse bajo la superficie continuaron con labores de recuperación de objetos procedentes de naufragios y trabajaron en la construcción de puertos y pequeñas reparaciones de naves bajo el agua. Con unos medios bastante rudimentarios, realizaron las primeras labores como buceadores profesionales.