
Sabemos que eres un asiduo a las aventuras en roca pero ya has adquirido la suficiente confianza como escalador y quieres dar un paso más allá. ¡Perfecto! Pero antes de nada, y como ya habrás aprendido de tu instructor o club de escalada, lo primero que debes hacer es hacerte con tu propio equipo para escalar de forma autónoma.
Un escalador que se precie debe tener su equipo. Elegirlo y saber identificar cada parte es fundamental para una jornada de escalada segura y divertida, por eso mismo nunca deberías dejar lugar a la improvisación y mucho menos, descuidar los cuidados que cada complemento necesita.
La cuerda es una de las principales protagonistas dentro del equipo de escalada. Es muy importante elegir la variedad que se ajuste a la modalidad de escalada que practiques y al nivel que tengas en este deporte.
En todo momento debes dejarte guiar por el organismo internacional UIAA (Union Internationale des Associations d'Alpinisme). Ellos se encargan de estipular los estándares de seguridad que toda cuerda de escalada debe cumplir: elongación dinámica, fuerza de impacto, número de caídas UIAA, etc.
Por ello, y sin entrar en demasiado detalle ya que entendemos que sabes de lo que estamos hablando, lo más importante para decantarte por un tipo de cuerda u otro son dos factores: los tipos de cuerda y la elongación de la misma.
Los tres tipos diferentes de cuerda en la escalada son:
- Las cuerdas simples son las que se utilizan de una en una. Es la más sencilla de utilizar, sobre todo en un nivel de escalada de dificultad baja o cuando el ascenso se realiza en línea recta, ya que se va mosquetoneando cada seguro con ella.
- Las cuerdas dobles, aunque se pasan las dos cuerdas por el mismo seguro, el escalador las va mosquetoneando de forma alterna en los seguros con el propósito de evitar roces y arrastres durante la ascensión. Se utilizan sobre todo cuando la línea por la que escalas no es recta.
- Las cuerdas gemelas puedes confundirlas con las anteriores, pero no tienen nada que ver, ya que en este caso las dos cuerdas se utilizan como una sola unidad, mosquetoneando las dos a la par en un mismo seguro. Se emplean en rutas de escalada más largas y de mayor tecnicismo, por ejemplo para descender en rápel, pues logran reducir el peso.

A la hora de elegir la elongación de una cuerda, debes saber diferenciar entre sus diferentes porcentajes:
- Las cuerdas semi-estáticas son prácticamente rígidas, estáticas. Su porcentaje nunca será superior al 5%, por lo que son perfectas para la progresión en montaña, trabajos verticales... Se debe a su resistencia en caso de golpes pequeños, abrasión o tirones. Más que para escalar, las cuerdas semi-estáticas se utilizan para remontar.
- Las cuerdas estáticas reafirman aún más las pautas que antes indicábamos. Sirven para subir pesos, remontar... nunca se utilizan para asegurar o escalar. Perfectas para barranquismo, espeleología, progresión en montaña, tirolinas... Su elongación nunca debe ser mayor al 3%.
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