En otra ocasión te explicamos cómo dar mantenimiento a la bicicleta, puedes echar un vistazo en este enlace.

1. Limpieza con manguera
Lo primero a considerar es que si usamos la manguera para limpiar la suciedad, hay varias áreas donde debemos evitar rociar directamente con el chorro de agua:
- Ejes de las ruedas.
- Pedalier.
- Zona de rodamientos de la dirección.
- Palancas de cambios y frenos.

Antes de empezar a limpiar, es bueno usar diésel para limpiar la cadena. Con esto podrás eliminar residuos de aceite degradado y tierra que se haya acumulado en la cadena y pueden dañarla. El aceite y la tierra, al mezclarse, forman una especie de lodo que desgasta la cadena. Puedes comprobarlo fácilmente: pasa los dedos por ella cuando esté sucia y frótalos. Notarás como si raspara, y en efecto eso es lo que hace, rayar tus platos y coronas cuando la cadena pasa por ellos.
Usa un pincel para aplicar el diésel, pero ten cuidado de no manchar otras partes de la bici, especialmente las gomas y la pintura. Podrían deteriorarse.
2. Eliminar residuos de agua
Después del lavado, será conveniente secar los residuos de agua que pudieran quedar en la cadena, guardabarros de suspensión, huecos de cabezas de tornillo, etc. Todas las zonas donde pueda haber residuos de agua, las secaremos con un trapo, aunque lo ideal sería usar aire a presión. También aplicaremos al asiento, si es de cuero, un poco de crema para manos o grasa para montura. Esto es especialmente útil después de llover, para mantener el asiento siempre en buen estado.

3. Lubricar
Una vez que todo esté limpio y seco, pasaremos a la lubricación. Para ello usaremos una jeringa, que se puede conseguir en cualquier farmacia. Asegúrate de colocar la cadena en la posición más estirada posible, el piñón trasero más grande y el plato más grande también. Ten cuidado al estirar, ya que algo podría romperse. Después de colocarla en esta posición, y sin mover las ruedas ni el plato, ajustaremos los cambios al piñón y plato más pequeños.
Con esto logramos que los cables de los cambios se aflojen completamente. Ahora aplicaremos el aceite correspondiente usando la jeringa. Cuando el aceite fluye por los tubos en la cantidad adecuada, expulsa toda el agua que pueda quedar dentro después del lavado. Es un método muy efectivo.

Con los cables de freno, quitaremos el puente del freno que está arriba, para dejar los cables sueltos y poder limpiarlos con la jeringa. Ten especial cuidado durante esta operación para no dañar la horquilla. Asegúrate de que la punta de la jeringa esté redondeada. Si raspa, líjala hasta que quede suave para no dañar las botellas ni los retenes. Usa una aguja más gruesa de lo normal, de lo contrario podrías dañar los retenes y quizá la botella también. Si no estás seguro, mejor no lo hagas.
La aguja indicada para esta operación sería como las que se usan para rellenar cartuchos de tinta de impresoras. Son más anchas y largas de lo normal. El fabricante de horquillas recomienda no usar nada metálico en las botellas, ya que podrían dañarse. Teóricamente, los retenes (guardapolvos) pueden quitarse fácilmente para lubricar el interior de la suspensión, pero a veces esta operación es más difícil de lo esperado.

Depende mucho del modelo de bicicleta. La alternativa sería la siguiente: al insertar la aguja, una vez que pasamos el retén superior, seguimos bajando y encontramos un segundo retén. Lo presionamos un poco y listo. Aplicamos unas gotas (tres o cuatro como máximo), y la lubricación está garantizada. Ten cuidado al hacer esto. Hay que ser muy delicado y no forzar los retenes (guardapolvos).
También es muy importante usar un buen aceite, específico para esto. Puedes conseguirlo en cualquier tienda especializada en bicicletas.
También puede usarse para otros fines: los rodamientos de los pedales, eje del pedalier, rodamientos de las ruedas, etc. Recuerda siempre: no hay que forzar, o dañaremos los retenes, y siempre debemos usar un buen aceite. No uses lubricantes 3 en 1 ni sprays, ya que suelen contener solventes que podrían dañar gomas, plásticos y pintura de tu bicicleta.

Para lubricar la cadena, tenemos dos opciones, dependiendo de si usamos grasa o aceite:
- Si usamos grasa, la aplicaremos por el lado que engrana con los dientes del plato y nos ayudaremos con un cepillo de dientes viejo para meter la grasa en los bulones y lados internos de la cadena. Después, la fuerza centrífuga hará el resto.
- Si usamos aceite, lo haremos igual pero sin el cepillo y empapando bien toda la cadena. Después quitaremos el exceso con un trapo para que no salpique aceite por toda la bici. Si no la limpiamos, se pegará la arena y acelerará el desgaste.

Con esta serie de consejos, esperamos que logres mantener tu bicicleta en buen estado y disfrutes cada día más de este increíble deporte de aventura.
¿Se te ocurren más consejos?