Situado en la Comunidad Autónoma de Murcia, en la base de ese brazo de tierra que separa el mar Mediterráneo del mar Menor llamado La Manga, se encuentra el Cabo de Palos, tradicionalmente pueblecito pesquero, forma parte de la Estación Náutica del Mar Menor. Durante los meses del estío sufre una importante transformación al multiplicar su población por la afluencia de visitantes de todas partes. Sin embargo, es visitado durante todo el año por gran cantidad de buceadores ávidos por recorrer sus interesantes fondos.

Desde el faro de Cabo de Palos con rumbo noroeste, se encuentra a unas dos millas, otro pequeño faro que señala la posición de las islas Hormigas. Dos pequeños islotes, la Hormiga y, más pequeña, el Hormigón afloran sobre la superficie. A lo largo de esas dos millas encontramos una serie de interesantes bajos, en cuyos fondos se encuentra plenamente representada toda la fauna submarina típica mediterránea.


Bucea en el Mediterráneo



Desde 1995 fue declarada Reserva Marina, con restricciones para determinadas actividades como la pesca submarina y desde embarcación. Existe una zona de reserva integral, donde está prohibido el fondeo y la navegación de recreo. Esta zona de exclusión comprende las islas Hormigas y el Bajo de Fuera, situado a media milla al noroeste de la Hormiga.

El “bajo de Fuera”

El bajo de Fuera, restringido para el buceo a los poseedores de títulos expedidos por el  antes conocido como Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), esconde su cima a tan sólo tres metros bajo la superficie. Por esta razón hasta la mitad de este siglo fue causa de numerosos naufragios y cementerio de naves. En sus fondos descansan diferentes pecios, como el Southampton, el Casenga, el Izaro, el S.S. Haendel, el Nova América y el Sirius, entre otros.

El Sirius es el más conocido de todos. Era un transatlántico italiano que naufragó al chocar con la punta del “bajo de Fuera”, durante la madrugada del 5 de agosto de 1906, con 822 pasajeros a bordo. Sus restos, al partirse en dos partes, se encuentran diseminados por ambas caras del bajo.

Sumérgete en las profundidades


La cara sur de esta montaña submarina es una ladera que cae suavemente hasta -40 metros. La cara norte es un cortado que desciende a profundidades de -60 metros. En el fondo de esta cara encontramos dos grandes pecios pertenecientes al S.S. Haendel, con el casco hacia la superficie, y junto a él descansa el Nova América sobre el costado de babor. Este último posee un cañón muy interesante localizado en popa.

En sus aguas podemos admirar ejemplares de gran tamaño de numerosos peces pelágicos como barracudas (espetones) y serviolas (lechas); además de dentones, doradas, sargos, mojarras (espáridos); multitud de meros y abadejos (serránidos), numerosas morenas y en algunas ocasiones, rayas, peces luna, túnidos y peces espada.

Existe una gran cantidad de corales que pueblan los numerosos restos. Gorgonias blancas y rojas, alcionarios de colores, extienden sus abanicos a lo largo de todo el descenso por la cara norte.

Descubre la fauna marina


No menos interesantes, y con posibilidad de ser visitados por cualquier submarinista titulado, encontramos los bajos de “Dentro”, “Piles” y “Testa”.

El bajo de Dentro

El “bajo de Dentro” es el más alejado antes de llegar a las Hormigas y está situado cerca del límite que da comienzo a la zona de reserva integral. El techo está situado tres metros bajo las aguas y desciende hasta casi 40 metros de profundidad. En él habita una importante colonia de grandes meros y corvinas, indicador de su buena salud, al estar protegidos de la depredación humana.

Constituye un espectáculo increíble bucear al atardecer, para contemplar a los grandes predadores alimentarse con los bancos de alevines que buscan refugio junto a las paredes del bajo. Espetones, dentones, meros... se alternan acosando las bandadas de alevines. Merece la pena quedarse inmóvil sobre las rocas, observando las técnicas de caza de estos peces.

En la otra vertiente, situada a 30 metros de profundidad, existe una cueva muy interesante para visitar. En su interior, observaremos un banco de brótolas con su característico barbillón. En las oquedades, numerosos crustáceos encuentran refugio, langostas, bogavantes, camarones y, de forma más abundante, la cigarra de mar o cigarrón. A la derecha hay un pequeño sifón por donde entra la luz creando una atmósfera singular. Podemos atravesar otra galería que asciende en forma espiral sin ninguna dificultad, mientras observamos los pólipos amarillos y naranjas que pueblan sus paredes.

¿Aún no conoces el submarinismo?


Junto al bajo, en el fondo, a más de 30 metros de profundidad, se encuentran dos enormes rocas llamadas "las agujas" que congregan numerosos abadejos, meros y corvinas en sus paredes y alrededores.

El bajo de Piles

El “bajo de Piles”, en forma de muro o barra alargada, posee dos cabezas a 9 y 12 metros, respectivamente. Su fondo se sitúa en torno a los 20 metros. Un gran cardumen de espetones lo recorre constantemente. Su cara norte concentra gran cantidad de seres pequeños para los amantes de la macrofotografía. Nudibranquios multicolores, ermitaños, blénidos, espirógrafos y esponjas multicolores, entre otros, habitan sus paredes. En la parte más profunda, encontraremos meros y abadejos de mediano tamaño. En la cara sur, si exploramos detenidamente el fondo de arena y fango, podemos encontrar algún torpedo (tembladera) o alguna raya.

El bajo de Testa

El más cercano a la costa, el “bajo de Testa”, constituye un marco ideal para los buceadores menos experimentados, no por eso falto de interés. Habitado por grandes bancos de castañuelas y próximo a la pradera de posidonia, el tamaño de los peces es menor pero no su cantidad. En la posidonia podemos observar grandes nacras entre sus algas, con sus valvas abiertas filtrando el agua. Su cima se encuentra a siete metros de profundidad y el fondo a dieciocho. Merece la pena recorrerlo observando detenidamente cada palmo de roca en busca de los pequeños organismos que se concentran en ella.

Experimenta grandes momentos


Otros pecios de la zona

Además de los citados pecios, Minerva, el Nueva América, el Casenga, el Southampton, el Izaro o el SS Haendel, hay varias inmersiones interesantes localizadas fuera de los bajos. Una de ellas es el pecio Isla Gomera, más conocido como “Naranjito” por la carga que transportaba. Mercante de 60 metros de eslora hundido a 45 metros de profundidad en un fondo de arena. La parte más elevada se encuentra a 30 metros de profundidad.

Otro pecio no apto para cualquiera es el S.S. Stansfield de 120 metros de eslora, hundido al norte de las Hormigas entre 47 y 65 metros de profundidad.

Como podéis apreciar, pocos lugares reúnen una oferta tan variada y completa como éste. Bajos poblados de vida a profundidades medias de entre 15 y 20 metros para los menos experimentados, y enormes barcos hundidos de esloras de más de 50 metros para los amantes del buceo profundo en pecios. Pero no todo es de color de rosa; el cabo suele estar barrido por corrientes intensas y es necesario estar pendiente del tiempo y la profundidad para no entrar en largas descompresiones. En cualquier caso, no te preocupes porque en cualquiera de los centros de buceo te asesorarán, según tu nivel, qué tipo de inmersión es la que más te conviene.