
Entrada de agua en la máscara
Uno de los problemas más frecuentes sin duda. ¿La solución? Comprar bien. Sí, así de sencillo... No escatimes en la máscara. Debes considerar que cada rostro es diferente, puedes probar mil modelos pues existe una gran variedad en el mercado: de silicón negro o transparente; con uno, dos o más cristales; con ángulo para mejorar la visión...
Las principales causas por las que el agua puede entrar a tu máscara son:
- Ajuste defectuoso.
- Gorro o cabello "atrapado" bajo la máscara. Evita que esto pase. Si tienes cabello largo, mejor recógelo en una cola.
- Desgaste del silicon o de la correa de ajuste. Conviene guardar la máscara en una caja rígida de su tamaño para transportarla. Evitarás golpes que puedan romper el cristal y deformaciones irreparables en el armazón. No seques la máscara al sol ni la expongas demasiado tiempo, terminará "agrietándose", y cuando menos lo esperes se romperá la correa o el armazón. Cuida tu máscara como al resto del equipo.
- Por un golpe de mano o aleta de tu compañero u otro buzo. Mantente atento a los movimientos de buzos cercanos (especialmente si van adelante), y anticipa sus acciones para evitarlo.
- Coloca la máscara correctamente, mira hacia la superficie mientras pones dos dedos en la parte superior del marco que rodea los cristales y sopla por la nariz continuamente hasta que se vacíe por completo. El aire al subir queda atrapado en la parte superior y sacará el agua de tu máscara. Repite si es necesario.
- En ningún caso, aunque hayamos perdido la máscara, ascenderemos sin control a la superficie. Esperaremos respirando calmadamente a que el compañero note el problema y subiremos juntos respetando la velocidad de ascenso.

Empañamiento de los cristales
No hay nada peor en una inmersión que perderte la mitad de lo que vieron tus compañeros por tener los cristales empañados. ¿La solución?
- Limpia regularmente los cristales con desengrasantes (los de trastes sirven) y enjuágalos bien después. En inmersión, especialmente si hay diferencia entre la temperatura exterior y la del agua, se acumulan vapores y grasa de tu piel. Otros remedios caseros son: limón, papa, pasta dental y, claro, saliva. Pero para que funcionen, nunca mojes la máscara antes de usarlos y enjuágala después.
- Por si nada funciona, no está de más llevar unas gafas de repuesto en algún bolsillo del chaleco.
Si por alguna razón entra agua a la boquilla de tu segunda etapa, puede estar rota o partida. Conviene revisar el regulador, el estado del silicon y del soporte antes de bucear. Si está desgastado, cámbialo de inmediato. No es agradable quedarse con la boquilla, o un pedazo en la boca, sin poder respirar. Tampoco es fácil ni cómodo respirar sin boquilla.
Si sucede durante la inmersión puedes continuar, presionando el botón de purga de la segunda etapa, pero gastarás mucho más aire de lo normal.

Pérdida del lastre
Siempre será mejor repartir el peso equitativamente alrededor de la cintura sin torcerlo y bien ajustado con la ayuda de la hebilla (si es de plástico mejor, pues las de metal se oxidan). Recuerda que bajo el agua, por la presión, el cuerpo y el neopreno se comprimen y puede deslizarse si no lo ajustaste bien. Al manipularlo, sujétalo por la correa, nunca por la hebilla.
- Es importante no soltarlo si no es necesario, especialmente cerca de la superficie. Si lo pierdes en el fondo, pide ayuda a tu compañero. Arrodíllate en el fondo y con su ayuda colócalo correctamente. Si no puedes, no lo sueltes, asciende con él en la mano.
- En caso extremo, si asciendes sin lastre hazlo lo más lento posible, frenando con las aletas paralelas a la superficie, o en posición invertida moviéndolas hacia el fondo, para compensar la flotabilidad del traje.
Pérdida de una aleta
Siempre será fundamental elegir unas buenas aletas, pues un mal estado de las sujeciones o de la correa puede hacer que la pierdas durante la inmersión. ¿Te preguntas cómo actuar?
- Llama la atención de tu compañero y asciende lentamente a la superficie. Si es necesario usa el chaleco, pero no insistas en continuar la inmersión, pues podrías sufrir un calambre al no mantener el ritmo normal.

Deshidratación. Calambres
Al respirar, por la sequedad del aire de la botella, nuestro cuerpo pierde el doble de vapor de agua al humedecer ese aire que en condiciones normales. Otros fenómenos como la hipercapnia (intoxicación por CO2 respirado a alta presión) o el frío, estimulan la diuresis (pérdida de líquidos por orina) y reducen el volumen del plasma sanguíneo. Esto además de aumentar el riesgo de accidente de descompresión, puede causar problemas musculares. ¿Cómo prevenirlo?
- Será clave hidratarte bien antes de la inmersión y, claro, mantener un estado físico adecuado. Y aunque no lo creas, elige aletas según tu capacidad: unas de dureza intermedia, acorde a tu condición física y técnica de propulsión.
En muchas zonas costeras existe el riesgo de engancharse con artes de pesca o restos de redes en el fondo, no solo en pecios, cuevas o grutas.
Ante cualquier enganche debemos actuar con calma, si nos ponemos nerviosos y nos movemos sin control la situación empeorará, pues el consumo de oxígeno y el estrés aumentarán y nuestra capacidad de razonar disminuirá. ¿Qué hacer?
- Retrocede despacio y evalúa la situación. Si puedes liberarte, hazlo con ayuda del compañero y el cuchillo. De ser necesario, abandona lo que no puedas soltar, incluyendo equipo pesado, y asciende lentamente con el regulador auxiliar de tu compañero.

Considerando todo lo anterior, será crucial hacer una última revisión con tu compañero del equipo de buceo, antes de sumergirte para evitar problemas.
Revisa el chaleco y sus cierres, la sujeción de la botella, el aire (verifica presión y ambas segundas etapas), el lastre bien colocado. Las correas de aletas y gafas, las mangueras del regulador y la segunda etapa auxiliar bien sujetas. Checa los instrumentos y... ¡si todo está bien, al agua!