Cada deporte de aventura suele tener distintas modalidades. A veces estas dependen del nivel de experiencia del practicante, pero otras veces simplemente son técnicas diferentes.
Desde los inicios de la humanidad, el ser humano ha desarrollado diversas estrategias para sobrevivir, dando origen a actividades como la caza o la pesca. La pesca submarina no es más que un método para obtener alimento del agua. Así surgió originalmente y en cierta forma se ha mantenido hasta nuestros días.

Si no eres experto en pesca, quizá te preguntes cómo funciona: es tan simple como imaginar a una persona con un arpón o fusil submarino cazando especies marinas. El buceo libre (solo con el aire de tus pulmones) es fundamental para esta actividad, por lo que necesitas ser aficionado a la apnea o al menos tener cierta práctica.
La apnea es la forma más natural de sumergirse en el medio acuático y establecer una conexión especial con él. Solo requieres tu cuerpo y el equipo para capturar al animal; lo demás es cuestión de práctica y ganas de mejorar en este deporte acuático.

Para practicar la pesca submarina necesitas un permiso estatal, ya que cada estado tiene sus propias regulaciones. Normalmente estos permisos tienen vigencia anual, aunque dependiendo del estado podrían solicitarte adicionalmente una licencia federativa.
También es recomendable contar con:
- Seguro de responsabilidad civil. Así tendrás protección aunque, por supuesto, lo ideal es que no ocurran incidentes.
- Certificado médico. Se obtiene mediante un examen que acredite tu condición física y mental para este tipo de pesca. Dependiendo del estado, podrían requerir que el médico sea especialista en medicina hiperbárica.
- Licencia federativa. Legalmente no es obligatoria, pero la FEDAS (federación que regula la pesca submarina) sí lo exige.

Anímate a probar la pesca submarina, la modalidad de pesca más emocionante donde solo estás tú y tu presa. Haces ejercicio y además obtienes pescado fresco sin ir al supermercado.