Lo mejor de los deportes de aventura es que te revelan oportunidades únicas de conocer especies animales y vegetales. Si tienes la posibilidad, es altamente recomendable que realices una salida de buceo, ya que podrás llegar a lugares como el Mar Mediterráneo, donde encontrarás animales como la foca monje, cuyo nombre científico es Monachus monachus.

Foca monje en peligro de extinción


Área de distribución

La zona de distribución original de este mamífero marino abarcaba todas las aguas costeras del Mediterráneo y sus áreas atlánticas cercanas: Islas Canarias, Madeira, Sahara Occidental y Mauritania. Sin embargo, actualmente su población se ha reducido drásticamente y solo sobrevive en puntos específicos de su antigua área. Aunque no hay cifras exactas, se estima que hoy existen entre 400 y 500 ejemplares, distribuidos principalmente en tres regiones: el Mediterráneo oriental (islas griegas y turcas, con unos 200 individuos); el Mediterráneo occidental (Argelia y Marruecos, con un máximo estimado de 20 a 50 ejemplares) y el Sahara Occidental (unos 200 individuos).

Hace pocas décadas, la foca monje aún habitaba todas las costas españolas. En el pasado fue una especie abundante, con colonias de miles de ejemplares en lugares como la Isla de Lobos, en Fuerteventura. Las crónicas cuentan que los navegantes, antes de cruzar el Atlántico hacia América, se detenían allí para cazarlas y obtener aceite y carne.

Prueba de su abundancia histórica son los numerosos topónimos en las costas españolas que hacen referencia a la especie, conocida regionalmente como lobo marino, llop marí, vellmarí o ca marí. Antes era más común observarlas durante excursiones de avistamiento de cetáceos.

Monachus monachus


¿Qué le ha pasado a la población de foca monje? ¿Cuáles son las causas de su inminente extinción?

Desde hace unos treinta años se advierte su declive. La historia de la foca monje es la de una extinción anunciada. Mientras tanto, la población ha disminuido dramáticamente y ha desaparecido de las costas españolas por la inacción e indiferencia de nuestras autoridades.

Los factores principales de su regresión son:

  • La caza por parte del hombre
  • La contaminación del Mediterráneo
  • La presión humana en las costas
  • La sobrepesca y el agotamiento de recursos

Entre estos, la caza directa es sin duda la causa principal.

Los pescadores siempre vieron a este maravilloso animal como una plaga que agotaba los peces y dañaba sus artes de pesca. La mayoría de registros sobre la especie en este siglo relatan acciones de caza.

Descubre a la foca en el Mediterráneo


Esfuerzos de recuperación

Frente a este panorama desolador, analizamos las medidas de conservación y nos preguntamos si es posible recuperar su población. Hace veinte años se formaron los primeros grupos de trabajo para estudiar su biología e implementar medidas protectoras.

Es difícil resumir en un artículo las posibilidades de recuperación debido a su complejidad. El principal obstáculo es la divergencia de opiniones entre expertos. Desde hace años se habla de cría en cautiverio, traslado a zonas protegidas o rescate de crías, pero casi nada se ha concretado por el desconocimiento de su biología y su escasa población actual.


La acechan muchos peligros



Extraer ejemplares de los grupos existentes podría poner en riesgo a las poblaciones donantes. Estamos en una carrera contra el tiempo: mientras se debaten soluciones, las poblaciones disminuyen. Hace dos años, una marea roja mató a unos 200 ejemplares en el Sahara. Aunque fue un evento natural, podría ser fatal si la población no se recupera.

El futuro de la foca monje es crítico. Sus posibilidades de supervivencia son mínimas. Si se extingue, perderemos parte de nuestra cultura y de nuestro maltratado Mediterráneo.

Avistamiento de cetáceos


Surge la pregunta: ¿pueden coexistir el hombre y la foca monje? Basta mirar a otras regiones, como las costas de California, donde no solo no se cazan focas y leones marinos, sino que se han instalado plataformas en puertos para que descansen.

Nos despedimos de este increíble animal, cuya población hemos diezmado, soñando con un futuro quizá imposible: verlas nuevamente nadar en las aguas cristalinas del Mediterráneo y reposar en sus playas.