Libre de ruidos molestos, quizá sea la forma de volar más similar a la de las aves. Tiene su lugar en la categoría de deportes de aventura para quienes buscan nuevas experiencias. Su evolución a lo largo de los años lo ha hecho accesible para todos, tanto económicamente como en cuanto al aprendizaje, y poco a poco su práctica va en aumento.

No obstante, muchas personas se preguntan cómo funciona el vuelo del planeador, que puede recorrer cientos de kilómetros en varias horas sin tocar el suelo, ¡sin combustible, sin motor y sin tracción!
Entonces, ¿cómo vuela?
El planeador desciende de manera constante; sin embargo, pilotearlo consiste principalmente en buscar corrientes ascendentes (térmicas) y evitar las descendentes. Si el piloto, también llamado velivolista, lo logra, ¡podrá permanecer en el aire durante horas!
El perfil de sus alas le permite mantenerse estable en vuelo si se lanza a una velocidad horizontal suficiente. Por lo general, es remolcado por un avión para alcanzar esta estabilidad. Las alas se apoyan en el aire, ¡así que puede volar incluso sin viento! A partir de ahí, el velivolista toma el control.

Al dirigir el planeador con una palanca en tres ejes fundamentales, puede girarlo en un eje u otro para ganar o perder altura. Esto hará que gane o pierda velocidad. Así, podrá tomar impulso para ascender después. Todo es cuestión de equilibrio: El piloto de planeador debe saber leer el cielo, porque la altitud es su único combustible.
Pero el piloto de planeador aprovecha principalmente las corrientes ascendentes generadas por la temperatura o el relieve.
Existen varios tipos de corrientes ascendentes:
- Vuelo térmico:
- Vuelo orográfico:

Volar en planeador no es tan difícil como parece. Solo se requieren 16 años para obtener la licencia de piloto tras completar la formación teórica necesaria y pasar un examen médico que debe renovarse cada dos años.
Si volar es un sueño que quieres cumplir sin convertirte en velivolista, ¡puedes descubrir esta actividad con vuelos bautismo cerca de ti!