¿Cómo nació el Ala Delta?
A finales de los años 60, un ingeniero estadounidense llamado Francis Malvin Rogallo construyó el primer prototipo de lo que se convertiría en el medio que hoy conocemos: desde un diseño inicial cuadrado, los desarrollos posteriores llevaron a la creación de un ala en forma de delta, la famosa Ala Rogallo, que toma el nombre de su inventor y que, a su vez, da nombre al ala delta.
Todo esto ocurrió en Estados Unidos después del macartismo. ¿Y en Europa? El primer vuelo libre en el Viejo Continente data del 4 de noviembre de 1971. ¿Dónde? En Italia, por supuesto, tierra de grandes creadores, innovadores y artistas. El primer ala delta europea despegó a unos 1400 metros del suelo, cerca de Moltrasio en el Lago de Como, marcando el inicio de la historia de este medio en nuestros cielos.
¿Cómo está hecho un Ala Delta?
El ala delta pertenece a la categoría de las aeronaves aerodinas, un conjunto de medios para el vuelo que son más pesados que el aire. Su estructura constituye una especie de máquina perfecta, porque cada tubo (fabricado en aleaciones ligeras de aluminio), cable (acero trenzado), vela (en tejido sintético) y tornillo está diseñado y ensamblado para hacerlo infalible y, sobre todo, seguro.
Un factor que no depende de la calidad del ala delta, pero al que este medio debe ajustarse antes y durante cada vuelo, es el conjunto de las condiciones meteorológicas. El vuelo en ala delta, de hecho, está fuertemente influenciado por los agentes atmosféricos. Esto lo convierte, junto a la ausencia de motor y la posición del piloto al mando, en el medio que más reproduce el vuelo natural de las aves, replicando de alguna manera la misma sensación de libertad y control, dada por el silencio y el papel del cuerpo.
Creado para una experiencia individual, en los últimos años se ha consolidado en el sector turístico el ala delta bipuesto. Gracias a un guía especializado, este tipo de medio permite al turista disfrutar de una experiencia increíble, a miles de metros de tierra, sin que se le pida hacer nada más que disfrutar del espectáculo desde el cielo.
¿Cómo se pilota un Ala Delta?
La belleza del ala delta también radica en su extrema democracia: realmente cualquiera puede probar, al menos una vez en la vida, la increíble experiencia de elevarse en el aire y, sobre todo, de hacerlo como las aves. El piloto, normalmente, controla el medio a través del movimiento de su cuerpo sobre el centro de gravedad del ala delta; al maniobrar su peso sobre la barra de control, quien pilota influye en la dirección y velocidad, estando sujeto a un arnés que lo protege del frío y le garantiza total seguridad.
Además, las maniobras posibles, una vez al mando de un ala delta, son múltiples y todas permiten una experiencia de vuelo única y libre, pudiendo cada uno elegir la altitud a la que prefiere mantenerse. Cabrear, si se quiere ganar altura; picar, si se quiere descender; virar a izquierda o derecha, según la ruta que se quiera seguir en el cielo.
Por su composición, y dependiendo de si se trata de un ala delta con alas normales o de competición, normalmente el medio puede recorrer distancias que van de 10 a 17 km.
¿Por qué volar en Ala Delta?
Reservando tu experiencia en ala delta, podrás sobrevolar Italia de punta a punta, desde la ciudad milanesa con Heliclub Milán hasta la punta de la bota con FlyCalabria, que te hará descubrir las maravillas de la región y los alrededores de Vibo Valentia.
La amplia presencia de empresas que colaboran con Yumping te permitirá disfrutar de un servicio de vuelo siempre diverso y único en su género, pero garantizándote la seguridad del equipo (paracaídas de emergencia, casco e instrumentos útiles para el vuelo), la profesionalidad de los expertos y el conocimiento profundo del cielo y sus variables. ¡No lo dudes más, es hora de volar!
