Existen lugares en nuestro Mediterráneo poco explorados para practicar snowboarding como Córcega, el Etna siciliano, Grecia, Líbano o Marruecos. Entre ellos, el Alto Atlas marroquí es probablemente uno de los destinos más visitados por esquiadores y riders de montaña españoles.

El país es extenso y las posibilidades de hacer snowboard de montaña van desde el Rif, fácilmente visible desde las cumbres de Sierra Nevada (destacando el Djebel Tighidine), hasta el más lejano Atlas (no tan lejos, pues Marrakech está a menos de 700 km de Ceuta) con los 4,167 metros del Toubkal, la máxima elevación del norte de África.


Nieve en Marruecos



De diciembre a marzo existe la oportunidad de hacer un viaje combinando turismo y snowboard de montaña que no te defraudará. Eso sí, hay que verificar que haya nieve, pero asumiendo eso, solo recuerden que —como turistas que casi todos somos— nos faltarán días para disfrutar todo lo que Marruecos ofrece.

El viaje

Si tienes poco tiempo, lo mejor es volar hasta Marrakech y rentar un transporte hacia tu destino en el Alto Atlas. Si tienes la suerte de contar con más tiempo, un viaje en vehículo todoterreno te permitirá conocer mejor el país.

Una buena opción es entrar por Ceuta, pasar por Tetuán y Xauen (Chefchaouen). Desde ahí puedes adentrarte en el Rif y tomar la carretera a Ketama para escalar el Djebel Tighidine, luego seguir al sur vía Fez, Ifrane, Beni Mellal y Marrakech. Desde Marrakech solo hay 64 km hasta Imlil, punto de partida para ascender a los refugios y cumbres del macizo del Toubkal. Si tu destino es el Alto Atlas desde Marrakech, la ruta más corta es vía Tánger (o Ceuta), Larache, Rabat, Casablanca y Marrakech.


Montañas nevadas



No se recomienda manejar de noche en las carreteras de Marruecos. Además, hay que extremar precauciones al amanecer y atardecer por los vehículos agrícolas, motocicletas y bicicletas que transitan por todas partes, muchas veces sin luces.

Conviene estacionar el vehículo cerca de alguna vivienda, no sin antes pedir permiso a los locales. Como en muchas partes del mundo, esta cortesía te dará el estatus de huésped y no de invasor. No olvides que la hospitalidad es un deber en la religión musulmana.