Lo primero que hay que dejar claro es esto: el heliski no es para esquiadores principiantes. Las condiciones y el terreno donde se practica heliski pueden variar enormemente, desde zonas heladas con pendientes suaves hasta esquiar entre árboles con inclinaciones pronunciadas.
La condición de la nieve juega un papel importante, ya que puede cambiar de ligera y esponjosa a dura y compactada por el viento, y en ambos casos existen infinidad de variantes.

Debes ser un esquiador experimentado y ser capaz de enfrentar situaciones difíciles que puedan presentarse. Es difícil especificar cuál es el nivel mínimo de experiencia para practicar heliski y disfrutarlo plenamente, pero existen algunas pautas generales que ayudan a determinarlo.
- Debes tener experiencia en pistas de esquí convencionales, incluyendo las más grandes. Debes poder pasar de una pista azul a una negra sin dudar y preferentemente contar con años de experiencia en los esquís.
- Aunque no tengas el estilo de Alberto Tomba, eso no es impedimento para practicar heliski.
- Cuando la situación lo requiera, debes ser capaz de deslizarte, ascender paso a paso, trazar diagonales y realizar movimientos técnicos básicos con los ojos cerrados.
- Aunque nunca hayas esquiado en nieve de alta montaña, es importante que al menos hayas probado el fuera de pista y sepas manejarte en terrenos vírgenes.

Consejos
- El mejor consejo que podemos dar a quienes se inician en el heliski es que vayan con un grupo de introducción.
- Antes de lanzarte, esquía lo más que puedas, atreviéndote en pendientes pronunciadas y saltos en pista.
- Si es posible, toma algunas clases y pide una opinión confiable sobre tu nivel.
- Participa en programas de ejercicio ocho semanas antes de tu experiencia con heliski; te pondrán en forma y mejorarán tu fuerza y resistencia. Ciclismo, pesas, correr o nadar te ayudarán. Mientras más fuerte estés, mayor será tu diversión y menores las posibilidades de lastimarte.