Una vez en las pistas de esquí, no te intimides por las pendientes espectaculares o por los esquiadores intrépidos con movimientos fluidos y seguros... ¡algún día tú también serás uno de ellos!

Equipo de esquí



Elección del terreno

Lo más importante en un curso de esquí, a cualquier nivel, es el terreno donde practicar tu técnica. Una elección incorrecta podría afectar tu aprendizaje. Es necesario saber que la dificultad técnica de una pista se indica con el color de los postes que marcan su recorrido.

 Lo mejor es aprender para los grados



Los colores, en orden de dificultad, son: verde, azul, rojo y negro, y se indican en los mapas de pistas de cada estación de esquí. La zona para principiantes suele estar en la parte plana, donde inician los remontes de las pistas verdes y azules.

El terreno ideal para un principiante debe ser plano y con nieve suave, para evitar que los esquís se deslicen y así lograr mayor estabilidad.

 Descendimiento en la pista roja

Adaptación al equipo

Asegúrate de cerrar correctamente los ganchos de las botas y ajustarlas para que no compriman demasiado los pies, pero que tampoco queden flojas. Es importante que los tobillos no se muevan, y para ello la tibia debe permanecer apoyada en la parte superior de la bota.

 pendientes para expertos



Para colocar los esquís en la nieve, es conveniente ponerlos paralelos en posición perpendicular a la pendiente natural de la pista (si la hay). El siguiente paso es introducir la bota en la fijación, verificando que no haya nieve en la suela. Primero colocamos el esquí de abajo (el más bajo) y luego el de arriba.

Al presionar los enganches, los bloques de seguridad se levantan y las suelas de los esquís quedan perfectamente adheridas a la nieve. Ahora la sensación es diferente: somos uno con lo que será nuestro medio de transporte especial, y debemos prepararnos para empezar los primeros ejercicios de adaptación.

 botas y ataques



La posición natural del esquiador se caracteriza por:

  • La distancia entre los esquís debe coincidir con el ancho de nuestra cadera.
  • Los tobillos y rodillas deben mantenerse semiflexionados hacia adelante.
  • Los brazos también deben estar semiflexionados y separados del cuerpo. Los bastones, en esta fase inicial, solo cumplen una función de apoyo en la nieve, para facilitar el movimiento.
Ejercicios de adaptación estáticos
  • Levantamos la parte del esquí con el talón.
  • Elevamos toda la superficie del esquí con la planta del pie.
  • Una vez levantado todo el esquí, lo cruzamos sobre la punta del otro sin tocarlo; al girar el pie hacia adentro, el esquí también gira.
  • Al levantar todo el esquí, lo cruzamos sobre la cola del otro sin tocarlo; al abrir el pie hacia afuera, la cola del esquí también se abre.

¿Para qué sirve todo esto?
Para darnos cuenta de que el esquí es como un pie enorme, y por eso debemos aprender a evitar movimientos bruscos que no controlen su amplitud. Una apertura excesiva o un giro descontrolado puede bloquear los esquís.

Otros ejercicios:

  • Flexiones de rodillas.
  • Giros sobre nuestro eje, por ejemplo, mirando hacia atrás.
  • Saltos, ¡pero con cuidado!
Conviene realizar los ejercicios con lentitud y precaución, ya que el objetivo principal es familiarizarse con el equipo. Adaptarse a él es fundamental: cuanto antes aceptemos nuestra nueva dimensión, antes lograremos controlarla.

Equipo de esquí



Ejercicios de adaptación en movimiento
  • Avanzar normalmente, como cuando caminamos, levantando un esquí y luego el otro, alternando el apoyo de los bastones.
  • Hacer círculos. Es muy importante controlar los movimientos de apertura de los esquís. Si al girar a la derecha abrimos demasiado la punta, las colas de los esquís podrían cruzarse y bloquearse. Para evitarlo, haz movimientos cortos, evitando que los esquís se golpeen.
  • Repetir círculos. Practicar el ejercicio anterior en ambos sentidos.
  • Deslizarse. Será la primera vez que nuestro cuerpo experimente la sensación de moverse en los esquís como un bloque compacto. Por eso, recuerda la posición natural: esquís paralelos, separados al ancho de la cadera, y flexión hacia adelante de tobillos y rodillas. El torso se inclina mientras nos impulsamos con ambos bastones. Es importante no quedarse atrás; solo hay que fluir con la sensación de deslizamiento. Mantén una velocidad constante y controla el equilibrio.
     raquetas y esquís