Sucede que lo que en los inicios de la humanidad era una forma o estilo de vida, con el paso de los años se ha convertido en un deporte de aventura. Es el caso de prácticas como la pesca o la escalada, ya que en un principio se usaban como medios de subsistencia y hoy en día son un pasatiempo.
En la antigüedad, escalar representaba un modo de conseguir alimento, pero ahora incluso hay competencias. A partir de la década de los 70 es cuando aparecen personas especializadas en este deporte, denominándolo escalada deportiva o libre. La naturaleza es el escenario principal donde la pared es la aliada del escalador, quien le guía y muestra el camino.
Según registros antiguos, el Mont Aiguille fue ascendido en 1492 por Antoine de Ville y aproximadamente 300 años después se registra el primer ascenso al Mont Blanc. Pero no es sino hasta la primera mitad del siglo XX cuando comienza a practicarse como deporte, cuando empezó a verse un interés por parte de aquellos deportistas familiarizados con la montaña.

La escalada en roca como deporte comenzó a adquirir mucho más protagonismo, sobre todo porque los alpinistas estaban cada vez más interesados en escalar las montañas por líneas cada vez más difíciles. Más tarde surgió la pregunta: ¿por qué no hacerlo en paredes artificiales? Gracias a estas se podría practicar y mejorar las técnicas. Así nacieron los rocódromos que, evidentemente, no tienen nada que ver con los actuales, pero ayudaron al desarrollo de esta disciplina.
Con el paso del tiempo, no solo evolucionó la escalada deportiva, sino que nació la escalada artificial, que adquirió mucha más relevancia a mediados del siglo pasado. La escalada libre quedó en un segundo plano hasta algunas décadas después, cuando apareció el clavo de presión. En los años 60, la invención del arnés de escalada proporcionó mayor seguridad y, por lo tanto, el miedo a las caídas fue desapareciendo.
Asimismo, años más tarde, cuando las diferentes técnicas de escalada se fueron extendiendo, se comenzó a difundir una nueva idea: el free climbing. En esta modalidad no se utilizan clavos ni otras herramientas que puedan dañar la roca y el entorno natural, siendo el cuerpo el único instrumento para realizar la actividad.
Sin embargo, no tuvo el éxito esperado hasta que surgió el clavo de presión, el cual podía fijarse en la pared (cuenta con un expansor en el que el núcleo de metal se inserta en el orificio).

Lo que en un principio estaba vinculado al montañismo, más tarde, a finales de la década de los 80, se consideró un deporte de alto rendimiento. No olvidemos que puede entenderse como una actividad de superación personal, pues en este caso el cerebro es el músculo más fuerte: primero pensar y después colocar manos o pies. Con la práctica y el tiempo, mejorar el nivel vendrá por sí solo.