El ciclismo de montaña y el ciclismo urbano son excelentes actividades de aventura al aire libre que han conquistado a amantes de la adrenalina y a quienes usan la bicicleta como transporte económico y ecológico. Aunque generalmente no son extremadamente peligrosos, ¡todo depende de dónde pedalees! No es lo mismo rodar en el campo que en terrenos montañosos abruptos, ni comparar andar en un pueblo con circular en la Ciudad de México. Siempre sé precavido, mantente alerta y usa ropa adecuada para mayor seguridad.
Aparte de caídas o posibles accidentes con autos (en carretera), estos son los principales riesgos. Con precaución, solo requieres seguir ciertas medidas. Para principiantes, aquí van consejos útiles al empezar.
Lo básico de la bicicleta
La lesión más común (en principiantes y expertos en MTB) es en el perineo por rozadura con el asiento. Para evitarlo, el sillín no debe ser muy ancho (menos problema en mujeres). Usa ropa ciclista con protección en esa zona o cubresillines de silicón para trayectos largos.
En rodadas prolongadas, la postura puede afectar la digestión. Por eso, es recomendable esperar 2 horas después de comer antes de pedalear.
En cualquier terreno y distancia, siempre usa casco. Aunque algunos lo consideren antiestético o incómodo, es crucial para prevenir daños irreversibles. Invierte en uno de calidad, resistente y con buena protección.
Sujeta el manubrio con firmeza pero sin tensión excesiva. Para evitar ampollas y rozaduras, los guantes acolchados son excelentes.
Otro detalle clave del equipo para MTB son los zapatos. Los diseñados específicamente para ciclismo se enganchan a los pedales, mejoran el pedaleo y previenen dolor en el arco del pie.
Buenas prácticas al pedalear
La talla de la bici (sea del tipo que sea) debe ajustarse al ciclista. Regula la altura del manubrio y sillín según tu complexión para evitar lesiones en espalda, rodillas, brazos o cuello. El sillín debe permitir una ligera flexión de rodillas cuando el pedal está abajo.
Finalmente, normas para circular en tráfico. La bicicleta es un vehículo más: respeta semáforos, circula en el sentido de los autos y usa señales manuales al girar. Respeta los límites de velocidad, especialmente cerca de escuelas o zonas peatonales.
