
"Voy a darme un clavado para refrescarme", "niños, lejos de mi toalla que si me tiran arena los devoro", "mejor me voy a casa a comer, echo una siesta y regreso"... y todo vuelve a empezar: el calor, el chapuzón, volver a la toalla (que ahora está llena de arena porque un niño pasó corriendo) y así sucesivamente. ¿No te resulta familiar este escenario de tus vacaciones en la playa?
Pues olvídate de todo eso y prepárate para cambiar tus vacaciones descubriendo actividades nuevas. Deja de hacer castillos de arena y súbete a una moto acuática. Vivirás una de esas experiencias increíbles que te permitirán disfrutar momentos únicos. Verás que es muy sencillo y que hay cursos para aprender las técnicas. Todas las empresas tienen personal calificado que te enseñará cómo funciona y te llevará a dar una vuelta de prueba.
Para manejar una moto acuática es necesario ser mayor de 18 años, aunque también pueden practicarlo quienes tengan 16, siempre que cuenten con permiso de los padres. Si lo pruebas una vez, seguro te encantará y sentirás que es lo tuyo. Puedes tomar diferentes cursos y así obtener los distintos certificados para motos acuáticas. Solo debes seguir la legislación vigente e inscribirte al nivel más adecuado para ti: así podrás especializarte y avanzar hasta llegar, si quieres, al nivel de competencia.
Por eso te recomendamos probarlo. Te dará sensaciones realmente únicas. La adrenalina recorrerá todo tu cuerpo y será un incentivo más para hacer un poco de turismo por la costa, sea donde sea, ya que los certificados son válidos en cualquier lugar que visites.
