Sal de la rutina vacacional de siempre. Esa rutina marcada por un ritmo de: despertar al amanecer para conseguir un pedacito de espacio y plantar tu sombrilla en primera fila de la playa. Cargar con toallas, lentes de natación, raquetas, la botella de agua de dos litros (que se calienta en 2 minutos y se vuelve imbebible), la hielera llena de "algo para picar" (o, al más puro estilo familiar mexicano, el "tantito" consistirá en un cargamento de comida que va desde la lasaña hasta el pollo rostizado, fruta y postre, sin faltar el café y su respectivo "matacafé").

Viviendo aventuras fascinantes

"Voy a darme un clavado para refrescarme", "niños, lejos de mi toalla que si me tiran arena los devoro", "mejor me voy a casa a comer, echo una siesta y regreso"... y todo vuelve a empezar: el calor, el chapuzón, volver a la toalla (que ahora está llena de arena porque un niño pasó corriendo) y así sucesivamente. ¿No te resulta familiar este escenario de tus vacaciones en la playa?

Pues olvídate de todo eso y prepárate para cambiar tus vacaciones descubriendo actividades nuevas. Deja de hacer castillos de arena y súbete a una moto acuática. Vivirás una de esas experiencias increíbles que te permitirán disfrutar momentos únicos. Verás que es muy sencillo y que hay cursos para aprender las técnicas. Todas las empresas tienen personal calificado que te enseñará cómo funciona y te llevará a dar una vuelta de prueba.

Para manejar una moto acuática es necesario ser mayor de 18 años, aunque también pueden practicarlo quienes tengan 16, siempre que cuenten con permiso de los padres. Si lo pruebas una vez, seguro te encantará y sentirás que es lo tuyo. Puedes tomar diferentes cursos y así obtener los distintos certificados para motos acuáticas. Solo debes seguir la legislación vigente e inscribirte al nivel más adecuado para ti: así podrás especializarte y avanzar hasta llegar, si quieres, al nivel de competencia.

Por eso te recomendamos probarlo. Te dará sensaciones realmente únicas. La adrenalina recorrerá todo tu cuerpo y será un incentivo más para hacer un poco de turismo por la costa, sea donde sea, ya que los certificados son válidos en cualquier lugar que visites.

 La adrenalina le viajará por todo el cuerpo