La gran mayoría de instructores de buceo siguen criterios pedagógicos y saben que cada alumno necesita un ritmo diferente de aprendizaje. En este artículo proponemos una serie de tips para esos alumnos que requieren más tiempo, atención y esfuerzo. Estos consejos son muy sencillos... pero útiles.

Mil dudas e interrogantes
Alguien tuvo miedo, como tú, y se preguntaba: "¿Qué hay bajo nuestros pies? ¿Qué tipo de animales encontraré? ¿Cómo reaccionarán? ¿Respiraré bien bajo el agua? ¿Tendré suficiente aire para terminar la inmersión? ¿Sentiré claustrofobia? Por cierto, si el traje me aprieta fuera del agua, ¿debajo me sentiré igual?".
Cada miedo o fobia debe tratarse de manera personal. Superar esos pensamientos que no nos permiten iniciar o continuar con esta actividad tan emocionante, sólo es cuestión de tiempo y práctica.
El contacto con "seres y cosas" bajo el agua
Sobre los animales que vamos a encontrarte, te aseguro que normalmente les molestamos más nosotros a ellos que ellos a nosotros. Si no intentamos tocarlos o alimentarlos, si no los molestamos o invadimos su espacio, evitaremos que tengan una reacción defensiva. Aun así, siempre se alejarán rápidamente de una "cosa tan ruidosa y llena de burbujas".
Nuestra intención es observar la vida bajo el agua, pasarla bien y respetar el medio acuático. Los animales simplemente nos observarán con cuidado. Toma cursos de buceo para aprender sobre la fauna y flora que encontramos bajo el agua. Cuando la conozcas, te fascinará tanto que la amarás más que temerle.
Las primeras sensaciones de flotabilidad
Lo primero que notamos al vestirnos es que el traje de neopreno nos aprieta "un chingo". Pensamos que no nos dejará respirar bien. ¡Falso! Es una sensación que todos tenemos las primeras veces. Claro que no puede cortar la circulación, pero sí debe quedar ajustado para que no entre ni circule demasiada agua, ya que nuestro cuerpo se enfriaría rápido.

Ya en el agua, notamos que con el traje puesto no hay que hacer esfuerzo para flotar. El traje, una vez mojado, se adapta a nuestro cuerpo. Aprovechemos para relajarnos y respirar mejor, lenta y profundamente, sacando todo el aire al exhalar, cierra los ojos y déjate llevar unos instantes por el agua.
¿Cómo debo respirar bajo el agua con el equipo?
¿Has pensado cómo respiras después de sentirte satisfecho? Imagínate, si te gusta la montaña, el momento en que llegas a la cima después de un esfuerzo físico: ¿cómo respiras? Seguro haces una gran inhalación de aire fresco, lo retienes, y tardas unos segundos en exhalarlo lentamente. Así debes respirar, especialmente cuando te sientas cansado, con un poco de angustia o miedo.
Esta acción viene integrada en nosotros como mecanismo de "disfrute", te recuperará rápido y volverás a tu ciclo respiratorio normal (dos segundos de inhalación, uno de retención y tres de exhalación, aproximadamente).
Sigue este tip las veces necesarias y cuando empieces a cansarte... ¡Detente, avisa a tu compañero y recupera tu ritmo normal!
Recuerda que debemos evitar llegar al pánico, es decir, al "bloqueo mental".

¿Cómo reconocer el camino hacia el pánico?
La ruta hacia el pánico, es decir, al caos sigue este proceso: Cansancio → Ansiedad → Miedo → Pánico
Por eso, el mecanismo correcto es: Parar → Respirar → Relajarse → Pensar → Actuar
No imaginas cómo la respiración puede ayudarte a superar cualquier dificultad dentro y fuera del agua. De hecho, cuando alguien está nervioso le decimos: "Tranquilo. Respira profundo y calmado"... Y por algo se dice.
Ahora podremos controlar nuestros miedos, para lograrlo nos ayudará la respiración. Debemos controlar nuestras actitudes en el agua y al primer síntoma, aplicar el tip anterior.
El primer factor de miedo: que se llene la máscara de agua
Otra cosa que nos da "miedo" bajo el agua es que se llenen los lentes, que entre agua a la nariz, etc. Miedo al contacto directo de ojos y nariz con el agua.
Como recordarás, en el curso te enseñaron, o te enseñarán, a vaciar la máscara, pero si aún le temes a esto, hagamos un ejercicio básico.
Siéntate en una roca con los pies en el agua, o al borde de una alberca. Llena la máscara de agua y colócala horizontal, baja un poco la cabeza hasta que se ajuste. Cierra los ojos, inhala por la boca y exhala por la nariz, dejando salir burbujas por la máscara. Cuando lo domines, hazlo con ojos abiertos. Molesta un poco más, pero es totalmente viable.
Listo, lo lograste. Ahora que se llene tu máscara no será problema.
El regulador, o cómo "respirar sin la nariz"
¿Recuerdas cómo respirar con el regulador? Bueno, tápate la nariz, verás que para respirar debes "pedir aire" por la boca. A esto nos acostumbramos rápido y es lo mismo que sentiremos al respirar por el regulador. Ya con la botella abierta en superficie, ponemos la boquilla en la boca, nos tapamos la nariz y respiramos. ¿Sientes la sensación? Dale unas inhalaciones más y verás cómo te acostumbras.
Hay muchos ejercicios para acostumbrar mente y cuerpo al agua. Con ellos iremos perdiendo el miedo y ganando más control.

Vamos a bucear. Practicando bajo el agua con tu instructor
Ahora, listos, nos ponemos el equipo con ayuda del compañero. Repasamos todas las señas submarinas. Inflamos el chaleco en superficie, cerca del fondo, y respiramos por el regulador. Prueba quitarte la máscara, sujétala en la mano.
Al mismo tiempo ya respiras por el regulador, con ojos abiertos y nariz llena de agua. No pasa nada. Te controlas para no respirar por la nariz. Estás listo para sumergirte. Usa la respiración que ya conoces. Cuando te sientas bien, bajaremos unos metros, nos pondremos de rodillas en el fondo y haremos ejercicios de relajación.

Recuerda, ante una señal de alerta, el paso al miedo puede ser rápido. Todo esto sirve para enseñar a nuestra mente "en vivo" los tips necesarios para no bloquearnos en situaciones difíciles y usarlos cuando se necesiten.
Recordemos que el miedo es muy personal y como tal debe tratarse. Aun así, conociendo sus mecanismos, podremos controlarlo. No te rindas, la clave está en usar la metodología adecuada para cada quien.