¿Qué atractivos tiene el buceo en aguas interiores para que cada día despierte mayor interés entre los aficionados? Sumergirnos en aguas no costeras representa la posibilidad de realizar inmersiones en lugares con un paisaje submarino muy diferente al de mares y océanos.
Además, para los buzos que viven en poblaciones del interior, es una alternativa para practicar esta actividad sin tener que recorrer grandes distancias para bucear en zonas costeras, aunque por ahora, no es una práctica masiva en nuestro país.

Dónde bucear en aguas interiores
Generalmente se realiza en aguas de presas y lagos, en grutas inundadas o en remansos de ríos. Algunos de los mejores lugares para practicar esta especialidad en España (y en todo el mundo) son las Lagunas de Ruidera en Ciudad Real, la presa de Canelles en Lleida donde bajo sus aguas yace el pueblo de Blancafort, la presa de Riaño en León cuyas aguas también sumergieron el antiguo pueblo de Riaño, la Cueva del Agua en Cartagena, el Pozo Azul en Burgos o la cueva del Moraig en Alicante.
Y fuera de nuestro país podemos encontrar zonas como los cenotes en la península de Yucatán en México, donde se encuentra el mayor sistema de galerías inundadas del mundo.
Este tipo de inmersiones presenta en algunos casos condiciones adversas como temperatura del agua muy baja, turbidez, inmersiones en altitud (al encontrarse los lagos en zonas montañosas), profundidades considerables... Todo esto requiere una planeación de la inmersión mucho más exhaustiva.
El principal atractivo de este tipo de buceo está en visitar antiguos pueblos que quedaron bajo el agua tras la construcción de la presa. Pero este entorno no suele ser ideal para buzos con poca experiencia, por lo que deben reservarse para buzos con cierto nivel de preparación y preferentemente deben ir acompañados de un guía que conozca el itinerario submarino a realizar.

Bucear en presas
El acceso hasta la orilla de la presa, por lo general, no estará exento de ciertas dificultades debido a la irregularidad del terreno, por lo que es conveniente usar vehículos todoterreno, que nos evitarán tener que transportar el pesado equipo sobre nuestras espaldas hasta la zona de buceo.
Otro aspecto importante es que debemos informarnos con anticipación sobre las condiciones del agua (nivel, si ha habido lluvias recientes que hayan enturbiado el agua y, por tanto, reducido notablemente la visibilidad, temperatura, etc.) para ir preparados según estas variables.
El número de buzos no deberá exceder de 3 o 4 integrantes, como máximo, para mantener el contacto visual del grupo y evitar que se dispersen (la visibilidad en este tipo de inmersiones suele ser muy limitada).
El regulador auxiliar se deberá llevar en un lugar de fácil acceso, para usarlo en caso de que el principal se enganche con alguna rama u otros elementos comunes en este tipo de fondos (se puede colocar unido a un cordón elástico alrededor del cuello). Para resolver posibles enganches, se recomienda llevar dos herramientas de corte, de ser posible diferentes, como por ejemplo navaja y tijeras.

En el buceo en lagos, el paisaje submarino nos deleitará con las caprichosas formas de sus fondos, así como con una flora y fauna diferente a la que estamos acostumbrados a ver bajo el mar y, en algunos casos, con especies endémicas. Estas inmersiones tienen características muy similares al buceo en presas, por lo que las precauciones a tomar también lo son.
Bucear en ríos
Todavía no es una práctica común en nuestro país, por lo que hay poca información sobre lugares para este tipo de buceo, pero por otro lado, es una actividad mucho más desarrollada en otros países de Europa. El paisaje exterior donde están ubicados suele ofrecer imágenes cautivadoras con la presencia de aves, vegetación frondosa y cascadas.
Bajo el agua la biodiversidad es mucho menor que en el mar, diferentes formas de sus fondos cubiertos de vegetación, árboles sumergidos, pozas profundas y zonas oscuras en sus orillas llenas de vegetación, donde pronto descubriremos especies de peces e invertebrados poco comunes.

El buceo en ríos permite conocer un medio diferente al que estamos acostumbrados a ver en las inmersiones marinas, aunque las precauciones a tomar son muy similares en ambos casos. En España, zonas como Galicia ofrecen la posibilidad de bucear en sus ríos; pero para ello, en ocasiones, es necesario solicitar el permiso correspondiente a las autoridades competentes.
En muchos remansos de ríos, ideales para bucear, han surgido playas artificiales y cabañas; siendo el acceso a estas zonas perfecto para llegar sin problemas a la orilla del río con el vehículo, aunque a veces será necesario cargar el equipo, debido a que no se puede acceder de otra forma.
En todos los casos, evaluaremos cuidadosamente la profundidad, la composición del fondo, la presencia de corrientes o remolinos, la vegetación sumergida y posibles obstáculos, antes de adentrarnos a explorar sus aguas.