La Pedriza de Manzanares es un lugar pintoresco, único en el mundo, un paraje de alto nivel paisajístico y ecológico. Tendremos la fortuna de disfrutarlo a solo 45 km de la capital, pues está situado en el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, en la provincia de Madrid.
Un conjunto de rocas y canchales graníticos de formas peculiares nos transportan a otra dimensión donde más bien parecerás ser un habitante de un lugar de leyenda que un simple caminante. Muchas de sus piedras se encuentran en equilibrios increíbles, desafiando la ley de la gravedad, talladas incansablemente durante miles de años por los vientos, el agua y el hielo en las zonas más altas del macizo. El aroma de sus jarales nos embriagará, y el inusual alto contenido de radón en su composición granítica nos recargará de energía. Descansar en alguno de sus rincones nos llenará de paz y tranquilidad.
Pero si hay que destacar alguna piedra, risco o canchal de este entorno tan singular, no dudaríamos en mencionar al patriarca y señor de la zona, donde se acentúa la Pedriza más cercana al pueblo de Manzanares el Real (Pedriza Anterior). El risco del Yelmo (1735 m), también llamado del Diezmo, debe su nombre a su parecido con ese objeto tan usado en la Edad Media. Su silueta captará poderosamente la atención del caminante desde cualquier punto del Parque, especialmente desde Manzanares.
La primera ascensión registrada en la Pedriza fue a este risco y la realizó el destacado geólogo Casiano del Prado allá por 1864, aunque es probable que los pastores de la zona ya hubieran subido antes. Se cree que fue por la ruta normal de la cara norte.
Su cumbre es la más visitada de todo el Parque, gracias a la facilidad de sus rutas normales. Prácticamente cualquier caminante con habilidades básicas de escalada, interés y un poco de audacia puede disfrutar de las vistas insuperables desde allí: al norte, todo el anfiteatro de la Pedriza Posterior, parte de la Cuerda Larga y La Maliciosa; y al sur, la meseta castellana que se pierde en la ciudad de Madrid.
Dejaremos atrás la concurrida ruta normal de la cara norte para adentrarnos en los secretos de su vertiente suroeste y descubrir un itinerario sencillo, hermoso y con un magnífico ambiente alpino que desciende hacia el barranco del Hueco de las Hoces. Una delicia para todos nuestros sentidos.
Aunque sencilla, esta ruta requiere cierta experiencia y habilidad para encontrar el itinerario correcto de ascenso, además del equipo necesario y conocimientos básicos del uso de la cuerda como sistema de seguridad. Aunque se usa como ruta de descenso para las vías de escalada de la pared sur, y no es raro ver escaladores bajar sin cuerda por la misma ruta, no debemos olvidar que son personas con mayor experiencia en estos terrenos. El uso de la cuerda es altamente recomendable, especialmente para principiantes en ciertos pasajes expuestos al vacío de las caras sur y norte.
El nombre de la ruta se debe al guía local Valentín Parra, quien solía usarla con sus clientes. La primera ascensión registrada fue realizada por Ultano Kindelán y Pablo Martínez del Río en 1913.
El inicio del itinerario se encuentra en un diedro evidente a la izquierda del gran gendarme izquierdo de la pared sur. Se remonta el diedro y se sigue por la canaleta hacia la izquierda hasta un grupo de pequeños árboles y una repisa. Luego, se continúa hacia el oeste (izquierda) hasta llegar a una placa sencilla con una pequeña fisura. Se asciende por la zona más fácil hasta que la dificultad aumenta, donde habrá que hacer un pequeño destrepe para llegar al espolón oeste del risco. Desde ahí, se sigue por terreno más evidente, avanzando por fisuras inclinadas y placas con algún paso más complicado en sus resaltes, hasta llegar sin mayores problemas a la campa de la antecima del Yelmo. El descenso se realiza por la ruta normal de la cara norte.

Esta es la segunda ruta más sencilla para ascender a la cumbre del Yelmo. Tras superar el diedro de entrada, donde se concentran las dificultades (grado III), el resto de la ruta es algo más fácil (grado II), con numerosas trepadas pero en un ambiente impresionante.
Una ruta de escalada para principiantes en trepadas, pero un paseo para quienes ya tienen experiencia en escalada de dificultad.
DATOS TÉCNICOS
- Dificultad: Poco Difícil. Grado máximo: III
- Longitud: 120 m. Desnivel positivo: 700 m
- Tiempo aproximado: 4 horas en total
- Aproximación: 1 hora 30 min. Ascensión: 1 hora
- Punto de partida: Aparcamiento de Cantocochino
Es muy importante conocer las técnicas de seguridad para progresar en terrenos escarpados, así como saber usar el equipo adecuado. Si no tienes experiencia o tienes dudas, es recomendable contar con los servicios de un profesional para tomar un curso y aprender, o realizar la actividad con un Guía de alta montaña o escalada en roca, quien velará por tu seguridad y te permitirá disfrutar del entorno con mayor tranquilidad.