Puenle tibetano entre las montañas



Si eres frecuente en vías ferratas, o simplemente eres un fanático de las alturas y no hay circuito aéreo que se te resista, seguro has cruzado alguna vez un puente tibetano, pero ¿sabrías explicar exactamente de qué se trata?

Más allá de ser una construcción que une dos partes para poder pasar de una a otra, un puente tibetano implica todos los elementos que una aventura en mayúsculas conlleva: equilibrio, altura, dificultad (en mayor o menor medida), técnica...

El puente tibetano es una estructura compuesta por tres cuerdas en forma de triángulo invertido. Dos cuerdas paralelas están a la altura del pecho aproximadamente para que puedas sujetarte "cómodamente" mientras avanzas y la tercera (el tablón) está situada en la parte inferior para que puedas caminar sobre ella. 

Su nombre se debe a la región china del Tíbet donde se encuentra la formación montañosa más alta del mundo, el Everest a 4,500 metros de altitud. Sin duda, si hay un lugar en el mundo donde encontrar los puentes tibetanos más espectaculares es este. Su aparición, como muchas otras cosas, fue resultado de la necesidad para pasar entre poblaciones situadas en las montañas. 

También llamado puente mono, este tipo de vías son muy comunes en las vías ferratas aunque su origen se deba al medio que se utilizaba para superar accidentes geográficos. Siempre se cruzan con un sistema de seguridad estudiado compuesto por arneses y cuerdas que el técnico deportivo que te acompañe en el recorrido asegurará al mismo puente.

El puente tibetano más largo con el que contamos en España está en la vía ferrata de La Hermida perteneciente al municipio cántabro de Peñarrubia, muy cerca de ciudades como Potes o San Vicente de la Barquera. Pero no es el único ya que existen vías ferratas con puentes tibetanos increíbles, tanto en el interior como en las zonas costeras de la Península Ibérica. Y si no lo crees, solo tienes que echar un vistazo a las vías ferratas que puedes recorrer con los mejores expertos de nuestro país aquí


Atravesando el puenle tibetano