¿Quieres mejorar en este deporte y dejar boquiabiertos a tus compañeros?
Descubre los trucos para progresar en el esquí alpino.

Lo básico del esquí alpino
Para los que empiezan, siempre recomendamos tener mucha precaución en las pistas mientras aprenden. Existen diferentes niveles de pendientes según su inclinación y dificultad. Las pistas se clasifican en 4 niveles: verdes, azules, rojas y negras.
Puedes identificar los niveles por los colores en los letreros de la estación o en los postes que marcan las pistas:
- La pista verde tiene una pendiente suave y es amplia, perfecta para novatos que quieran practicar su técnica.
- Luego está la pista azul con mayor inclinación, ideal para esquiadores que busquen velocidad pero con seguridad, gracias a que son anchas y permiten hacer giros amplios.
- Las pistas rojas y negras no son para principiantes, requieren técnica y control. La pendiente puede ser muy pronunciada (las negras más que las rojas). Si ya tienes algo de experiencia y buscas emociones fuertes, podrías intentarlas... pero con mucho cuidado y sin estorbar a esquiadores avanzados.

Un descenso impecable
Al principio, por falta de confianza, el esquiador no siente bien la pista y se queda instintivamente en la parte trasera de los esquíes, fuera del centro de gravedad. Este punto clave, ubicado más abajo, permite el movimiento correcto y es fundamental para empezar. Cambia según tu postura y define tu equilibrio durante el descenso.
La postura ideal es flexionar un poco los tobillos y rodillas hacia adelante, manteniendo la espalda recta y los hombros paralelos a la pendiente.
En los giros, los esquíes deben alinearse con tus caderas. Inclínate sobre el esquí exterior y aligera el peso al terminar el giro para recuperar posición. La fuerza para girar debe venir solo de tus piernas y muslos. Nunca trates de girar moviendo los hombros: solo lograrás desbalancearte y caer.

La técnica con los bastones también es clave, pues marcan el ritmo del descenso. Dan balance y flexibilidad en los giros. Bien usado, se clava para ayudar al control postural. Debes plantarlo adelante, en dirección al giro que harás.
Sentir molestias en las espinillas al terminar el día es normal, igual que la presión de mantener una buena postura. Estas pequeñas incomodidades no son nada comparado con la felicidad, ligereza y libertad que se sienten al esquiar. Este deporte te regala momentos increíbles con tus seres queridos y la oportunidad de admirar los paisajes espectaculares de las mejores estaciones.