Según la historia del surf, desde el siglo XVIII las mujeres ya surfeaban en Hawái junto a los hombres sin distinción por género o condición física. Simplemente esperaban en el pico a que llegara una serie y tomaban las olas como todos.

Mujer surfeando


No está claro por qué, pero esta práctica desapareció hasta los años 50 del siglo pasado, cuando pioneras como la famosa Linda Benson, quien a sus 11 años se subió por primera vez a una tabla, o la admirada Rell Sunn, hicieron historia.

En esa época, el surf era mayormente practicado por hombres, quienes no creían que una mujer pudiera surfear olas grandes, tener resistencia para llegar al pico o mantener el equilibrio en aquellas pesadas tablas de madera de la época.

Afortunadamente, cada vez más chicas quieren y pueden empezar a surfear.

El papel de la mujer en el deporte


Aquí está el tráiler del documental The Women and the Waves (Heather Hudson, 2009), que muestra cómo las mujeres se abrieron paso en el surf:



Poco a poco, las mujeres ganaron terreno, reconocimiento y respeto, siendo valoradas como atletas. Sin embargo, llegó el mundo de las competencias y los patrocinadores, quienes a menudo destacan más el físico de las surfistas que las olas que dominan o los trucos que realizan.

Mujes antes de surfear



¿Por qué en los anuncios de surf ellos aparecen surfeando y ellas posando?



Las surfistas son mucho más que una imagen en ropa interior y, obviamente, se juegan la vida en el agua igual que los hombres. Entonces, ¿es el surf un escenario sexista?

No hay problema en que las atletas decidan posar para medios si así lo eligen. Lo sorprendente es que los patrocinadores las muestren así en lugar de resaltar sus logros deportivos.

El surf es un mundo lleno de valores y reglas no escritas, como el respeto a la naturaleza, el compañerismo y la superación. Pero, por cómo se les retrata en internet, prensa y TV, parece que solo importa tener un buen cuerpo.

Recordemos el polémico anuncio del Campeonato Femenino de Surf en Biarritz 2013, donde ni siquiera se veía el rostro de la surfista Stephanie Gilmore:



El spot incluso fue parodiado, mostrando lo absurdo que sería si el protagonista fuera un hombre:



Sin mencionar la diferencia en premios entre categorías masculina y femenina, o las condiciones desiguales en las competencias...

Es cierto que la apariencia vende, pero ¿realmente vale la pena promover el surf así?

¿Tú qué opinas?