El trail running es una forma de entender el mundo del running, tan popular en los últimos años, de una manera completamente diferente. Está diseñado para aquellos que aman la montaña y quieren disfrutar de una experiencia mucho más natural.

Si estás acostumbrado a correr en la ciudad o en el gimnasio y estás pensando en dar el salto, sigue estos consejos que te serán de mucha utilidad. Lo primero es que consigas el equipo necesario, comenzando por las zapatillas: las de running no te servirán, de hecho, podrías correr el riesgo de lesionarte si decides usarlas.
1. Habla con un experto
Podría ser un excelente punto de partida, ya que él podrá evaluar tu condición física inicial y darte recomendaciones sobre cómo comenzar con esta nueva modalidad, qué entrenamientos puedes realizar, qué músculos te conviene fortalecer más, etc.

2. Haz un reconocimiento previo de la zona
Es conveniente que explores con atención el área donde vas a correr, ya que durante la actividad puedes encontrarte con obstáculos que no existen en el running urbano: puede haber senderos que terminen en un callejón sin salida, otros que te alejen del pueblo más cercano y no sepas cómo regresar, etc.

3. Realiza entrenamientos adecuados
Recuerda que estarás enfrentando un terreno al que no estás acostumbrado, así que procura hacer primero salidas en las que tus piernas se adapten a dejar la monotonía del suelo plano. Aprovecha también para ir al gimnasio a trabajar tu tono muscular. También es recomendable que poco a poco incorpores entrenamientos en diferentes pendientes con distintas repeticiones.

4. Presta atención a los cambios de elevación
Como es lógico, en la montaña habrá más desniveles que en la ciudad, yendo más allá de una simple pendiente que a veces parece interminable. Habrá subidas y bajadas constantes, pero te sugiero que, sobre todo al principio, vayas con calma: intenta entrenar en terrenos más o menos planos y comienza a incluir poco a poco sesiones con un desnivel más pronunciado.

5. Combina asfalto con montaña
Te ayudará, sobre todo, a nivel cardiovascular. Además, no siempre tendrás una montaña cerca para salir a correr, por lo que es una buena manera de satisfacer el antojo.

6. Anticipa los posibles contratiempos
Es importante que estés atento en todo momento al camino, ya que puedes encontrarte con troncos, rocas u otros obstáculos. Si te distraes, puedes llevarte un buen susto.

7. No intentes mantener el mismo ritmo todo el tiempo
A diferencia del asfalto y como mencionaba antes, aquí tenemos el desafío del desnivel. Por eso, trata de llevar un ritmo que se adapte al terreno: ve más rápido en las partes planas y reduce la velocidad durante las subidas o bajadas pronunciadas.

8. Cambia tu forma de correr
Te acostumbrarás a aspectos como dar pasos más cortos, correr según cómo te sientas y no por tiempos o distancias fijas (la duración dependerá de la dificultad del terreno), controlar el avance en las bajadas, apoyar las manos en algunas subidas muy empinadas...

9. Consigue el equipo necesario para trail running
Antes que nada y como decía al inicio de este artículo, lo más importante son las zapatillas y no te preocupes si gastas más de lo que habías planeado en ellas. No olvides usar ropa impermeable, ya que en la montaña el clima puede cambiar repentinamente. Si es invierno, lleva ropa térmica.

10. Consejos adicionales
- Lo más recomendable es que nunca vayas solo a correr a la montaña, primero porque es más divertido compartir la afición y segundo porque es mucho más seguro estar acompañado en caso de cualquier imprevisto.

- No olvides llevar un celular con suficiente batería, con el que puedas llamar y, si tiene GPS, mucho mejor. ¡Más vale prevenir que lamentar!
- Para entrenamientos largos de más de hora y media, lleva un gel energético y una mochila pequeña con agua y sales minerales.