Si no eres experto en el tema, te recomendamos hacer una ruta con guías profesionales. Hay varias opciones, puedes consultar algunas aquí.

1. Botiquín. Puede parecer innecesario en una excursión corta, pero no ocupa mucho espacio llevar un kit básico con tijeras, manta térmica, gasas, vendas, suero y Betadine (o similar). Te sacará de apuros en emergencias.

2. Celular. Sí, todos lo cargamos, pero... ¿tendrás batería si necesitas ayuda? Desactiva apps innecesarias para ahorrar energía.

3. Ropa abrigada. Quizá haga calor al inicio, pero si te pierdes y debes pasar la noche, ¿estarás preparado? Lleva prendas ligeras pero cálidas.

4. Mapa, brújula o GPS. Aunque conozcas la ruta, nunca está de más tener cómo orientarte. Todos podemos despistarnos.

5. Linterna o frontal. Si anochece, avanzar sin visibilidad es peligroso, pero la luz sirve para hacer señales de rescate. Lleva pilas extras, por si acaso.

6. Encendedor. No para fumar (eso es personal), sino para calentarte. Frotar palos cansa y rara vez funciona.

7. Cuerda. Un cordino puede ser la diferencia entre dormir a la intemperie o en un refugio improvisado. Tiene mil usos más.

8. Navaja. Imprescindible. ¿Sabes cuántas cosas útiles puedes hacer con ella? Daría para otro artículo.

9. Agua. Nunca salgas sin agua, aunque haya fuentes en el camino: podrían estar secas o contaminadas.

10. Comida. Si pasarás horas en la montaña, necesitarás reponer energías.

Puedes agregar más cosas según necesites. Lo importante es disfrutar la aventura con seguridad.
Y tú, ¿qué más llevas en tu mochila? ¡Cuéntanos!