Intentando dar una respuesta a todos aquellos que se preguntan qué lleva a alguien a saltar desde un avión es indispensable dejar la lógica de lado. Después de los cientos de miles de saltos que hemos visto en Yumping, nuestro motivo favorito nos lo ha dado uno de los valientes que lo ha probado con Skydive Granada. Cuando aún en el hangar su instructor le pregunta el por qué, él contesta: “porque un día lo soñé y aquí estamos”.

Efectivamente en Skydive Granada a lo que se dedican es a cumplir sueños pero con los pies bien puestos en la tierra. El paracaidismo es un deporte en el que absolutamente cada detalle tiene que estar cuidado al milímetro y eso empieza mucho antes de que todo se ponga en marcha en el aeródromo. Aunque no vamos a aburrirte con el papeleo interminable por el que pasa un centro de paracaidismo para conseguir los permisos oficiales que demuestran que puedes poner tu vida en sus manos, sí podemos ayudarte a tomar la decisión de saltar con ellos diciéndote que sus actividades cuentan con la aprobación de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, además de con el correspondiente reconocimiento de la Agencia Europea, lo cual no es poca cosa.

Saltando al vacio en Granada


El gran día en el que saltas al vacío

Ya sea porque diste el paso de reservar tú mismo el salto o porque abriste el sobre que te regalaron en tu último cumpleaños, la fecha de tu aventura épica se acercará con una mezcla de impaciencia y nerviosismo a partes iguales. Puede que la noche antes le pidas al destino unas horitas más para hacerte a la idea de lo que se avecina pero te advertimos que, por suerte para ti, va a ser muy difícil que tu salto se retrase.

El Aeródromo de Juan Espadafor, en el que tendrás tu cita, se encuentra en Ventas de Huelma, a poco más de media hora de Granada capital por carretera. Esta ubicación te garantiza un sol radiante y con pajaritos cantando (si pasa alguno por allí) prácticamente todos los días del año, con temperaturas que superan los 20 grados incluso en invierno. Es el lugar de vacaciones perfecto para los saltadores del resto de Europa que están hartos de que el frío y las lluvias cancelen sus aventuras.

Ventas de Huelma bajo los paracaidistas


Aunque al levantarte de la cama tendrás cientos de emociones revoloteando en tu mente, trata de pensar con claridad para vestirte. Va a ser un momento muy especial que merecería un atuendo de gala pero, siendo prácticos, es mejor que te pongas ropa deportiva que se vaya a quedar bien ajustada a tu cuerpo. Presta atención sobre todo a los tenis porque no querrás perder uno en quién sabe qué parte mientras vuelas.

Lo mejor de reservar paracaidismo en tándem es que no estarás solo ni un momento, dejando fuera los vestidores si lo necesitas, claro. Según llegues al aeródromo vas a conocer al instructor al que, además de estar unido durante el salto, tendrás la conexión eterna que solo puede crear una experiencia inolvidable. Las explicaciones antes de subir al avión van a ser muy sencillas y te servirán para ir acostumbrándote al ambiente que se respira entre el hangar y la pista. Mira a tu alrededor y verás que no eres el único “loco” que va a desafiar la gravedad. Comparte con ellos todo lo que se te está pasando por la cabeza en el momento porque te ayudará a liberar las típicas tensiones previas.

Cuando el avión arranque serás consciente de que todo es real y está pasando en ese preciso momento. No te preocupes porque si hay una mínima vocecita interior diciéndote que aún estás a tiempo de echarte para atrás ni siquiera vas a escucharla con el ruido de los motores. El vuelo hasta la altitud ideal de 3 mil metros para saltar lo harás “conectando” un poco más con el instructor porque ya irás sujeto a él mediante los arneses propios del salto en tándem. Bromas aparte, te vas a sentir muy protegido por su presencia porque tanto él como el resto del equipo derrochan profesionalismo por todos los poros de su piel.

El tiempo se convierte en algo completamente relativo mientras el avión asciende. Hay a quienes les parece una eternidad porque sienten que el corazón se les va a salir del pecho. A otros les falta vuelo para prepararse mentalmente y respirar hondo. En cualquier caso es algo que solo descubrirás por ti mismo antes de que la puerta se deslice y sientas que se ha abierto una ventana al inmenso vacío. Las vistas ya serán espectaculares pero seguramente no estés para fijarte en eso todavía.

Salida del avion a 3 mil metros


Déjate llevar por el instructor hasta la posición de salto y no pienses en nada más, simplemente recarga la cabeza en su hombro para que no le des en toda la cara al saltar. Es todo lo que necesitas. ¡Y ya estás! cayendo a 200 km por hora como si la atmósfera estuviera pisando el acelerador por ti. Te aseguramos que querrás ver el efecto que eso produce en tu cara pero podrás hacerlo más tarde si has elegido que te graben en vídeo con la cámara que lleva tu instructor. También puede saltar otro profesional para ponerse frente a ustedes y registrar cada segundo del salto contratando lo que se llama en este ambiente paracaidismo con “cámara externa”.

Van a ser 35 segundos en caída libre sin nada que te detenga en el camino. En este tiempo se recorre alrededor de 1 kilómetro y medio hasta que el paracaídas se abre. Después llega una fase más relajada de la aventura para que vayas bajando las pulsaciones hasta llegar al suelo. Irás planeando suavemente hasta la zona de aterrizaje durante al menos 7 minutos y, entonces sí, podrás admirar el entorno en una panorámica que se te quedará grabada para siempre.

Paracaidas planeando en Granada


Merece la pena darle un par… de razones y saber qué es lo que se siente pero si crees que es demasiado para ti, te garantizamos que no hay mejor regalo que un salto de paracaidismo para esa persona con la que quieres quedar de lujo. ¿Por qué no lo descubres estas Navidades?