La cacería es una práctica que se ha realizado desde el principio de los tiempos, pues siempre ha sido un medio de subsistencia sin el cual el ser humano, en ciertas circunstancias, no habría podido salir adelante. Si bien es cierto que hemos evolucionado en los métodos para obtener alimentos, la cacería se ha convertido en un deporte que hoy en día practican muchas personas en nuestro país.
Pero como todos los deportes de aventura, tiene que seguir ciertas reglas que en este caso corresponden a los estados. Aunque también hay normas federales e incluso internacionales que, evidentemente, están por encima de la regulación estatal. Un ejemplo de ello es el plan técnico de cacería encargado de regular la actividad cinegética para que no se produzca un abuso en su práctica y por consiguiente se altere el equilibrio natural.

Un aprovechamiento sustentable de las especies objeto de la cacería que sea compatible con la diversidad biológica y su conservación es una de las razones de ser de este plan. En él se describen aspectos como un inventario de las poblaciones silvestres existentes, la delimitación de las zonas en las que no se puede practicar la cacería, la aproximación de las capturas a realizar en un determinado lugar, etc.
No hay que ver dicho plan como un trámite obligatorio sino que hay que considerar que es una herramienta perfecta para facilitar el desarrollo del coto así como una correcta administración del mismo. Esto genera no sólo beneficios para el medio ambiente sino también para los socios que están pagando una cuota anual por poder practicar lo que más les gusta en un entorno cuidado y respetado.

Aunque este documento se basa en una normativa a nivel federal, cada estado puede exigir requisitos especiales. Sin embargo, todos deben basarse en una serie de principios:
- Estado legal. En este apartado lo importante es hablar sobre la denominación y registro, la titularidad, la administración, la extensión del coto, etc. En definitiva, todos los datos "formales" que proporcionen la mayor información sobre el coto para el que se va a presentar el plan.
- Estado natural. Punto en el que se tratan características referentes al clima, el tipo de vegetación, si hay o no cultivos agrícolas...
- Estado socio-económico. Referencia importante en la que los núcleos urbanos, la distribución de la propiedad o las actividades agrícolas son los temas principales a tratar.
- Estado cinegético. Deben tratarse diferentes aspectos necesarios para poder orientar la planificación de la ordenación cinegética: inventario de las poblaciones actuales, evolución de las especies objeto del plan, etc.

Para elaborar el plan después de considerar los contenidos que deben formar parte del mismo, hay que seguir tres fases bien diferenciadas: 1) toma de datos analizando la situación actual del coto de cacería, 2) evaluación de los datos recabados y planteamiento de los objetivos que corresponden al plan y 3) elaboración del plan.
La presentación del plan técnico de cacería es obligatoria para todos los propietarios de terrenos en los que se puede realizar la práctica de esta actividad, presentando una vigencia, en principio, de entre cuatro y cinco años.