Gran Canaria es la “isla afortunada” por excelencia con sus paradisíacas playas en las que jugar con la arena blanca sobre un territorio formado por lava negra debido a su pasado volcánico. En ella encontrarás opciones para darlo todo hasta la madrugada, como en Playa del Inglés, junto a otras que invitan a un turismo relajado en el caso, por ejemplo, de San Agustín. Si quieres saber cuáles te interesan, guárdate en el bolsillo esta lista.
1. Visitar el Monumento Natural del Roque Nublo:
con un recorrido guiado que se inicia dando un paseo por la iglesia del San Mateo y un mercadillo tradicional antes de ascender al Pico de Las Nieves. En Roque Nublo verás un enorme monolito de alrededor de 70 metros en vertical integrado por roca basáltica. Después, descansa la vista con el verdor de los pinares de Los Llanos de la Pez.
2. Ver los delfines y bañarse en la playa de Güi Güi:
embarcarás al oeste de la isla para ver una de las privilegiadas costas vírgenes de esta parte de Canarias. Antes de bajarte para nadar navegarás por el Atlántico para encontrarte con los cetáceos que tienen su hábitat en estas aguas. Tendrás la oportunidad de ver algún delfín nadando en libertad y distintas variedades de ballenas.
3. Descender el cráter de la Caldera en BTT:
por fin podrás decir que has dado pedales bordeando el cráter de un volcán saliendo de ruta por pistas que parten desde San Bartolomé de Tirajana. Seguirás un itinerario de lo más exótico con un último tramo flanqueado por Palmeras que te acompañarán en tu camino hasta las playas.
4. Jugar a escapar de la cárcel en San Bartolomé de Tirajana:
intenta resolver los acertijos de una escape room en la que eres un preso que tiene una única oportunidad para librarse de su encierro. Son 60 minutos a tu favor en los que cada pequeño detalle puede convertirse en una pista crucial para lograr tu objetivo y notar de nuevo la cálida luz del día.
5. Navegar en kayak por la costa de Taurito:
sal a remar por una de las playas de más calidad cerca de Puerto Rico. Mueve la pala a tu ritmo por el océano sin temor a no tener con qué reponer fuerzas porque, cuando regreses a tierra firme, tienes decenas de chiringuitos y locales en los que comer. Además podrás llegar en autobús desde casi toda la isla.
6. Volar en parascending en Arguineguín:
estando en Canarias no apetece separarse del mar y no tendrás que hacerlo para tener una panorámica aérea de esta localidad que encontrarás al lado de la playa de Las Marañuelas. A alrededor de 70 metros sobre la superficie del océano, verás los alrededores como si pertenecieran a una postal de las que casi ya no quedan.
7. Hacer una excursión en buggy en Mogán:
conduce con vistas a los grandes acantilados que se abren al Atlántico desde este municipio. Lo harás en rutas en las que podrás pasar todo el día dedicado al turismo porque este tipo de recorridos incluye picnic. ¡Ah! Y te darán a probar un smoothie hecho con frutas locales.
8. Probar el flyboard en Anfi del Mar:
los superhéroes ya no son los únicos capaces de elevarse impulsados desde los pies. Conviértete en uno de ellos, al menos en lo que a esta técnica se refiere, con las sesiones de la escuela deportiva del Barranco de la Verga. Bastará con que le dediques los primeros 15 minutos para que quieras repetir por más tiempo atreviéndote a probar con algunas piruetas.
9. Ir a la Reserva Natural de las Dunas de Maspalomas en moto de agua:
siente el placer de la velocidad rodeado de los cambiantes paisajes del sur de la isla que se transforman con el continuo traslado de la arena que lleva a cabo la brisa marina. Estas excursiones continúan hasta la Playa del Inglés, una de las más turísticas y animadas de Gran Canarias.
10. Atreverte con el rope jump en Las Palmas:
si te ves capaz de saltar desde un puente, da un paso más con el rope jumping lanzándote desde los espectaculares acantilados de El Puertillo, cerca de Bañaderos. El resultado entre la suma del subidón de emociones y el entorno, no tiene precio.
