Cuando llega la Navidad no todo el mundo tiene claro los regalos que hará, por eso hemos decidido ponértelo fácil y darte un consejo que te será muy útil: regala un paseo en globo por el Empordá. Es, sin duda, una experiencia que nunca se olvidará y muy cerca de Barcelona podrás encontrar diversas opciones.

En la cesta del globo


Todos hemos querido volar alguna vez y el globo es quizá una de las mejores formas de lograrlo.  Para poder llevar a cabo la actividad lo único que se necesita es dar un pequeño madrugón, ya que hay que estar en el lugar de vuelo a primerísima hora de la mañana, que es cuando las condiciones atmosféricas son ideales.

Cuando todos los participantes (en la cesta caben unas 6 personas) estén en el punto de encuentro, el piloto se ocupará de dar unas nociones básicas sobre el funcionamiento de la actividad y participarás en el inflado del globo. Una vez que esté todo listo despegarás.
Algunas de las zonas de vuelo son las siguientes:

Sobrevolando campos


  • La Cerdaña. Una opción perfecta para llegar a quienes les gusta la naturaleza, ya que con esta ruta no sólo se verá el valle, sino que también se podrá ver el Pirineo.
  • El Alto o el Bajo Ampurdán. Desde la ciudad al Montgrí divisando la costa del Mediterráneo… Paisajes increíbles, sin duda.
  • Manresa. Con esta ruta se podrá divisar la increíble Montaña de Montserrat y el guía os podrá transmitir sus conocimientos al respecto.
También puedes encontrar otros itinerarios como El Alto Urgel, Ánger, Lérida, Vic, Cardedeu… Hay muchas posibilidades para que escojas la que prefieras.

Volando por paisajes catalanes


La duración del vuelo será de aproximadamente 1 hora y 15 minutos, aunque la actividad completa llevará algo más de 2 horas. Al finalizar el paseo se te hará entrega de un diploma que acredite el bautizo de vuelo y, si lo deseas, por 15€ más recibirás un CD con las fotografías del paseo.

Divisa paisajes desde el globo aerostático


Son sólo 115€ en esta oferta especial en la que te ahorras un 30%. De verdad que merece la pena porque las cosas materiales al final acaban en un cajón, pero las experiencias son un recuerdo para toda la vida.