Una vez el otoño instalado en Madrid, bajan las temperaturas, las hojas de los árboles cambian de color y los tonos ocres se adueñan de las calles de la ciudad. Los días se acortan perdiendo horas de luz.

Si quieres aprovechar el otoño madrileño te recomendamos algunas rutas que te ayudarán a conocer a fondo la capital que puedes consultar aquí. Y si quieres ver más sobre la historia de Halloween no dejes de leer!

Otoño en Madrid


Pero en esta época también esperamos una celebración relacionada con el otoño y que en estos últimos tiempos  ha ido tomando mucha fuerza. Se trata de la noche del 31 de octubre, la noche de Halloween, para otros sigue siendo la noche de todos los Santos. Para muchos una americanada más que llena las calles de la ciudad de brujas, vampiros y calabazas; pero si profundizamos un poco en la tradición, nos daremos cuenta que Halloween no es tan estadounidense como pensamos.

Calabaza adornando un árbol


Empezaremos comentando que Halloween es una palabra que deriva de la frase inglesa “All hallow eve”, que quiere decir la víspera de todas las almas. Ahora nos va sonando un poco más, no?

Halloween y todos los Santos son la misma celebración

Una celebración cuyo origen celta está relacionado con el más allá y el contacto con los muertos. La noche del día 31 de octubre es la noche en la que se abre una puerta de contacto con el más allá según los pueblos celtas. Se realizaban diversas ofrendas a los muertos con flores y frutos de temporada. Los frutos típicos del otoño son las castañas y las calabazas.

Calabazas de Halloween


Sabiendo que Halloween y todos los santos es la misma expresión y que las calabazas vienen de las celebraciones celtas dedicadas a los muertos, ¿por qué nos viene esta celebración de Estados Unidos? La respuesta es más sencilla de lo que crees pero desconocida: Halloween, al ser una celebración celta, al llegar el cristianismo se fue perdiendo en el origen de los tiempos, pero siempre permaneció una parte de la población que continuaba con los ritos paganos a los muertos.

Al ser una fiesta originaria de los pueblos celtas, lógicamente encontramos Halloween en Irlanda e Inglaterra. Es aquí donde los colonos británicos tienen un papel fundamental en el traslado de la fiesta a los Estados Unidos. Los colonos británicos llevaron entre sus tradiciones, la tradición celta del “All hallow eve”.

Huesos, cuervos y cementerio


Estados Unidos, un país donde el capitalismo es llevado a su máximo exponente ha hecho de Halloween una fiesta de lo más comercial y vistosa. Casas llenas de calabazas, vampiros, telas de araña, brujas etc. Niños pidiendo el truco o trato y toda una sociedad celebrando una fiesta pagana de origen celta (muchos de ellos sin conocer su origen).

En Madrid con la llegada de Halloween surge un gran interés por los misterios y leyendas que se ocultan tras las calles y plazuelas de la ciudad. Palacios encantados, fantasmas que deambulan por la ciudad, reyes hechizados, o almas en pena que claman justicia.

Vamos a aprovechar estas líneas para escribir sobre uno de los dulces típicos de esta celebración, Todos los Santos o Halloween, es decir, los huesos de santo. Los huesos de santo están relacionados con la obsesión del rey Carlos II por coleccionar reliquias de santos.

Paisaje siniestro


Según la leyenda este rey había sido hechizado y, víctima de este hechizo no podía tener hijos. Carlos II, "el hechizado", decidió acudir a una serie de brujos y hechiceros que le aconsejaron coleccionar huesos de santo para que le protegiesen de los embrujos y sortilegios que podían afectar a su reinado y al nacimiento del futuro heredero.

La obsesión de Carlos II fue tal, que llegó a coleccionar 6000 reliquias, de las cuales los forenses han podido recomponer 35 cadáveres. Huesos de supuestos santos, ya que como curiosidad llegó a coleccionar 8 manos de santa Teresa (si hacemos la cuenta al menos nos sobran 4, anatómicamente la cuenta no cuadra).

Llegó a tal punto esta obsesión que el pueblo de Madrid llegó a pensar que el rey se comía los huesos que coleccionaba, ya que su ansia de coleccionismo no tenía fin. Reliquias y huesos procedentes de todo el mundo acaban en la corte de Carlos II.

Carlos II el hechizado


Carlos II morirá sin descendientes la noche del 31 de octubre del año 1700. Como burla a la necrofilia del difundo rey, los panaderos de la corte tuvieron la genial idea de crear un dulce relacionado con este rey. Como la muerte de Carlos II había coincidido con el día de todos los Santos y dado que este rey coleccionaba huesos de forma compulsiva, decidieron crear un dulce especial, al cual llamaron huesos de santo para que el pueblo recordase todos los 31 de octubre a Carlos II y su extraña relación con las reliquias y los huesos de santo mientras disfrutaban de un exquisito dulce hecho de mazapán y yema de huevo.

Huesos de Santo


Así pues Halloween no es tan lejano a nuestra cultura como parece y ahora sabemos de dónde viene el nombre de los huesos de santo y la relación que tienen estos dulces con Carlos II y las reliquias de santos.

Y tú, ¿tienes alguna historia que compartir? Cuéntanos!