Muchos son los deportes de aventura que pueden pacticarse en los paisajes alpinos, siendo el esquí de montaña uno de los preferidos para los amantes de los deportes de nieve. Se pueden realizar altas rutas en los Alpes, pero la Alta Ruta por antonomasia es la que va de Chamonix a Zermatt y continúa hacia Saas Fee.

Un grupo de nivel medio tarda cuatro días y medio en ir de Chamonix a Zermatt en un recorrido clásico. Sin embargo, se rompe un poco el encanto de montaña al tener que ir en taxi de Champex a Verbier y allí coger los remontes de la estación de esquí para llegar a la cabaña Mont-Fort.


Los Alpes te esperan

El itinerario propuesto surca el corazón de la Alta Ruta, recorre los mejores paisajes del tramo suizo de la misma y un grupo normal lo puede realizar en dos o tres días. Conviene reservar sitio en los refugios, que, a pesar de llamarse cabañas en esta zona, no se corresponden con nuestra idea de lo que es una cabaña. Tomaremos las precauciones debidas en terreno glaciar.

Aunque es un terreno frecuentado por esquiadores de montaña, sobre todo en el tramo Dix-Col de Vallpeline, en caso de mal tiempo y mala visibilidad, el recorrido puede ser muy peligroso, por la presencia de grietas y las características propias de una zona de alta montaña. Por lo tanto, la época recomendada es de marzo a mayo.

Punto de partida: Arolla (1.990 m), donde llegaremos por una buena carretera de montaña siguiendo el magnífico valle de Evolène (Ginebra-Lausana-Sion o Chamonix-Martigny-Sion).

1ª Etapa: Arolla-cabaña de Dix con un desnivel de unos 970 m

Desde Arolla tomaremos la dirección WSW, para dirigirnos de forma cómoda y sin demasiadas dificultades o problemas de orientación hacia el Pas de Chèvres (2.855 m). Desde allí, bajaremos por unas escaleras metálicas verticales que nos dejarán en el glaciar de Cheillon, a poca distancia y desnivel de la Cabane des Di (2.928 m).


Disfruta de maravillosas montañas

Este paso espectacular cuenta con escaleras bastante seguras, pero debe llevarse una cuerda por si en el grupo hay individuos con propensión al vértigo. A poca distancia en dirección norte queda el paso de Riedmatten, por donde pasa la Patrouille des Glaciers, la carrera de esquí de travesía con mayor participación del mundo. Es algo más alto y difícil, al no estar equipado como su vecino Pas de Chèvres, que en invierno es el acceso más rápido al refugio de Dix.

2ª Etapa: Refugio de Dix- refugio de Vigentes con un desnivel de unos 875 m

Esta etapa es corta pero espectacular, ya que pasaremos por el techo de la travesía, la Pigne d’Arolla. La vista sobre los cuatro miles de los Alpes es formidable: desde el Montblanc hasta el Monte Rosa, pasando por el Cervino.

Se sale del refugio en dirección SE, atravesando el glaciar de Cheillon y luego flanqueando por debajo de las puntas de la cadena de Tsena Refien. Seguiremos subiendo por cubetas glaciares y atravesaremos el famoso paso del muro de la Serpentina, donde puede ser necesario el uso de cuchillas para esquís o incluso de crampones, según las condiciones y el nivel técnico. Luego por terreno más fácil pasaremos cerca del Col de Breney, llegando a la cima de la Pigne d’Arolla.

Desde la cima descenderemos un poco al sur para llegar al paso y desde allí nos dirigiremos hacia el este por terreno de inclinación media. La llegada al refugio de Vignettes, situado en un verdadero nido de águila, es espectacular.

3ª Etapa: Refugio de Vignettes - refugio Bertol – Arolla. Tiene un desnivel de unos 1.240 m para el recorrido sin ascensión a cumbres.

El día anterior es recomendable reconocer la salida del refugio para no equivocarnos e ir demasiado hacia el este, donde hay palas peligrosas si están heladas o cargadas de nieve. Es mejor salir temprano del refugio, porque el recorrido es largo. El descenso es de unos cien metros de desnivel y de más de un kilómetro de longitud, por lo que se suele realizar sin pieles. Desde el llano que forma el Col de Chermotane (3.067 m) nos dirigiremos hacia el SE en dirección al Col de l’Èvêque (3.392 m). Realizaremos un nuevo descenso y luego un ascenso más corto pero de más inclinación, que pondrá a prueba nuestra técnica en vueltas marías, llegando hasta el Col du Mont Brulé (3.213 m).


Practica el esquí de fondo

Desde este collado, descenderemos por el glaciar de Tsa de Tsan, flanqueando por debajo de la cresta de los Bouquetins hasta la cota 3.160 m. Desde allí seguiremos en suave ascenso, marcado por la creciente presencia de la Dent d’Herens y del Cervino, hasta el Col de Valpelline (3.568 m), impresionante belvedere de la zona. Desde aquí, la cercana presencia de la Tête de Valpelline puede tentar a los más fuertes del grupo. La vista desde la cima merece la pena.

Desde el Col de Valpelline ganaremos fácilmente el Col de la Tête Blanche, ascenderemos a la cota 3.650 y nos dirigiremos hacia el Col de Bertol. Menos de cien metros nos separan ahora del pico de la Tête Blanche, al que vale la pena ascender si se va bien de fuerzas y tiempo. Descenderemos hasta la cota 3.230 y unos cincuenta metros de desnivel y 800 de longitud nos separan del collado (3280 m aprox.). Si el tiempo no nos apremia, podremos pasar el atardecer observando como la Dent Blanche se tiñe de rojo y pernoctar en la cabaña de Bertol será un lujo a nuestro alcance. En este caso, dejaremos los esquís en el collado y una subida equipada con cadenas de unos treinta metros nos conducirá hasta la misma.

El descenso desde el Col de Bertol es empinado y puede ser avalanchoso. El paso entre Plans de Bertol y el Bajo Glaciar de Arolla es delicado y expuesto en ocasiones. Una vez en el bajo glaciar de Arolla, lo seguiremos hasta llegar al punto donde hemos dejado el coche.


Tómate unos días de descanso



Variantes: desde el Col de Valpelline la mayoría de grupos se dirigen hacia Zermatt. El itinerario es magnífico y discurre por la vertiente norte de la Dent d’Herens y del Cervino, que en este valle recibe el nombre de Matterhorn. Atención a las grietas, sobre todo en el glaciar de Stockji (Stockjigletscher).